Según informa El Independiente, los grandes patrimonios estarían explorando nuevas fórmulas para poder sacar su dinero de España en caso de que se agrave la crisis del coronavirus. De hecho, aseguran que algunas entidades bancarias ya han experimentado un trasvase de ahorro hacia fondos de inversión y que han recibido consultas de sus clientes sobre cómo abrir una cuenta en el extranjero.
La principal motivación es el miedo y la incertidumbre ante la crisis económica y las consecuencias del Covid-19, especialmente después de las previsiones de organismos expertos y analistas, que ya anticipan un periodo de recesión incluso peor que la de 2008. Así, las grandes fortunas están comenzando a plantearse qué hacer con su patrimonio.
Y una de las opciones favoritas es, según fuentes financieras consultadas por El Independiente, retirar sus ahorros de cuentas corrientes para depositarlos en fondos de inversión, con el objetivo de evitar problemas en el futuro si se impone una nueva regulación sobre las cuentas corrientes con importes superiores al medio millón de euros.
Con el mismo fin, otras grandes fortunas estarían consultando a sus entidades financieras de qué manera trasladar sus ahorros a países extranjeros como Luxemburgo o Suiza, considerados paraísos fiscales. Igualmente, el fin es anticiparse a las medidas que pudiera tomar el Gobierno y que afectarían a las grandes fortunas.
Por el momento, ni el Gobierno español ni las autoridades europeas han planteado alguna opción para nacionalizar activos privados o para imponer una regulación diferente a la actual de las grandes fortunas. Por su parte, los organismos europeos lo que están haciendo es tomar diferentes medidas para evitar que la recesión se convierta en una crisis financiera como la de 2008.
Además de los cambios en las grandes fortunas, la incertidumbre también se ha apoderado del mercado español y de sus inversores, tal y como demuestran los datos provisionales de marzo de Inverco. Según la patronal de instituciones de inversión colectiva, marzo ha sido uno de los peores meses de la historia para los mercados internacionales y se produjeron reembolsos por 5.100 millones de euros, una cifra que refleja el nerviosismo de los inversores.
