El Juzgado de Primera Instancia  Número 6 de Badajoz ha desestimado la demanda de una empresa financiera que reclamaba el pago de 1.200 euros, después de que el abogado de una mujer acreditase que era imposible que hubiese comprendido lo que firmaba porque era analfabeta.

Según la sentencia, la mujer firmó un contrato para una tarjeta de crédito on los almacenes Leroy Merlin en Badajoz, en julio de 2017 con el objetivo de financiar la compra de un aire acondicionado y una nevera. En abril de 2018 la empresa financiera presentó una demanda para reclamarle 1.157,57 euros. Dos meses después, el juzgado determinó que las cláusulas del contrato eran abusivas y rebajó la cantidad a 966,66 euros. El abogado de la mujer, Fernando Cumbres, recurrió y abrió juicio oral.

Un límite de 300 euros en la tarjeta

El juzgado establece en su sentencia que ha quedado acreditado que la demandada era analfabeta cuando firmó el contrato, como demostró el abogado con un certificado expedido por una asociación de vecinos en el que se establece que la mujer comenzó a recibir clases de alfabetización tres meses después de firmar el documento con la tienda, por lo que en esa época no sabía leer y no podía entender las condeiciones que estaba firmando. El tribunal se basa, además, en que la cadena de tiendas no acreditó correctamente la existencia de un contrato entre ambas partes de cara al proceso legal y que lo único que presentó fue una tarjeta de crédito que cuenta con un límite de 300 euros. La empresa financiera no aportó un extracto que indicase que la usuaria había hecho uso de la tarjeta y tampoco se explicó porqué la deuda era superior al límite de la tarjeta.

La sentencia, según el fallo, no puede ser recurrida y las costas se le han impuesto a la parte actora.