El Tribunal Constitucional vuelve a tener una mayoría progresista después de que la María Luisa Segoviano, César Tolosa, Juan Carlos Campo, y Laura Díez hayan tomado posesión de sus cargos como nuevos magistrados del Tribunal de Garantías. De los cuatro nuevos miembros, solo el juez procedente del Tribunal Supremo entra por el bloque conservador.

Tras una década donde el Constitucional ha estado dominado por los conservadores, este 9 de enero marca el cambio de tendencia. Un cambio que se mantendrá, como mínimo, otros diez años. Y no es baladí, pues el TC tiene que resolver asuntos tan peliagudos como el recurso de inconstitucionalidad de la Ley de Aborto, o el ya anunciado contra la Ley Trans o la del solo sí es sí.

De hecho, con la anterior mayoría, de corte conservador, el Tribunal de Garantías declaró inconstitucional el estado de alarma decretado por el Gobierno durante la pandemia o, por primera vez en la historia, impidió una votación de una ley en el Senado al admitir a trámite las medidas cautelarísimas solicitadas por el Partido Popular para impedir que se votara un cambio legislativo.

Nuevo presidente

Aunque el TC ya está renovado, todavía falta por saber quién será su nuevo presidente. Dos nombres sobre la mesa: el ya miembro del Constitucional y exfiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido; y la catedrática María Luisa Balaguer. De hecho, la elección está en manos de una de las nuevas incorporaciones, la exmagistrada del Tribunal Supremo, María Luisa Segoviano.

En cuanto a las preferencias, no es ningún secreto que desde el PP no quieren a Conde-Pumpido bajo ningún motivo como presidente. Es más, conseguir un magistrado progresista que no apoyara a este miembro del Constitucional como presidente fue uno de los motivos fundamentales para que sus vocales en el Consejo General del Poder Judicial bloquearan sistemáticamente la renovación del Tribunal de Garantías. El otro motivo, no perder su mayoría.

Sin embargo, una jugada casi de ajedrez de los vocales progresistas llevó a la renovación, ya que apoyaron a Segoviano pese a que la proponían desde el bloque conservador. Un bloque, que al estar convencidos de que los nombramientos no saldrían adelante, propusieron a una magistrada cuyo sentido del voto al presidente no es público por lo que, durante el pleno, todas las opciones siguen abiertas.