El segundo pleno extraordinario solicitado por los vocales nombrados por el PP, bajo la excusa de nombrar a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que dependen del consejo, ha terminado en 20 minutos. Finalmente, los vocales progresistas han aceptado el nombre de María Luisa Segoviano, la magistrada recientemente jubilada del Tribunal Supremo, que ha sido la primera mujer en presidir una sala del Alto Tribunal, la Sala IV. Segoviano ha sido elegida junto al candidato conservador, César Tolosa, actua presidente de la Sala III de Lo Civil del Supremo.

Segoviano era una candidata nada desdeñable, pues estaba en la lista de nombres que los progresistas barajaban. El gran perdedor de la partida de ajedrez que se traían ambos bloques ha sido el magistrado del Supremo, José Manuel Bandrés, a quien los vocales conservadores con querían ver ni en pintura junto al que se presume como futuro presidente del Tribunal de Garantías, Cándido Conde-Pumpido.

Los nombres, según las fuentes presenciales en el pleno, han salido por unanimidad. Todos los vocales, 17, más el presidente en funciones, Rafael Mozo, han votado a favor de los candidatos.

Especialmente llamativo ha sido que, en esta ocasión, los vocales del PP no han solicitado la abstención de la magistrada del Supremo, vocal del CGPJ y mujer de Conde-Pumpido, Clara Martínez de Careaga. Y no lo han hecho, entre otros motivos, porque como ha votado su lista, ya no molestaba tanto como la semana anterior, donde su abstención hubiese rebajado el número necesario de votos para alcanzar la mayoría necesaria. La salida de Martínez de Careaga, junto con la abstención de Enrique Lucas, cuyo hermano, Pablo, era uno de los candidatos, rebajaba el número de 11 a 10.  Y justo son 10 los vocales que fueron nombrados a propuesta del PP. Pero más allá de todo esto, la fumata blanca de este martes hace posible el cambio en el equilibrio de poderes en el TC, ya que con la entrada de tres progresistas, la mayoría en el Tribunal de Garantías dejará de ser conservadora.