La magistrada del Tribunal Supremo y vocal del Consejo General del Poder Judicial, Clara Martínez de Careaga, ha respondido al machista voto particular de varios de los vocales nombrados por el PP, que la acusaron de ser la responsable del bloqueo para el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional al no abstenerse por ser la mujer de Cándido Conde-Pumpido, con un contundente voto particular en el que pone los puntos sobre las íes y, como explicó ElPlural.com, les afea echarle a ella la culpa para justificar su bloqueo sistemático de la renovación de los dos magistrados del Tribunal de Garantías.

En el voto de Martínez de Careaga, al que ha tenido acceso este periódico, dos alegaciones de la magistrada son de especial interés. La primera, afirma el escrito, es “la pretensión de los vocales citados para que me abstuviera de participar en la referida votación constituye, en base a meras conjeturas acerca del sentido del voto que en determinada materia pudieran emitir los hoy candidatos, una abierta maniobra para rebajar a 10 votos la mayoría legalmente exigible (3/5 de los miembros del pleno) para realizar el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional”.

“Diez son justamente los votos con los que cuenta el grupo conservador del consejo, lo que le hubiera permitido aprobar el nombramiento de los candidatos por ellos propuestos, anulando, así, la participación de los vocales que conforman la minoría de este consejo” apostilla la vocal en referencia a este asunto.

Clara Martínez de Careaga también afirma que, los vocales del PP, “pretenden valorar, a la hora de realizar el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional que se encomienda a este consejo, el sentido del voto que los candidatos puedan emitir, una vez nombrados del TC, al elegir a su presidente, con la finalidad de incidir decisivamente en la elección del mismo, supone pervertir la competencia de este consejo, al tratar de invadir, sin sonrojo alguno, las competencias de los magistrados del TC, pues solamente a ellos corresponde elegir libremente a su presidente y su vicepresidente”.

Y les recuerda que, “como vocal, el alcance de mi competencia en dichos nombramientos, se encuentra limitado a la selección de las personas más idóneas para desempeñar la responsabilidad del altísimo cometido encomendado a los integrantes del Tribunal de Garantías”, y prosigue aseverando que “no tengo interés directo ni indirecto en la selección de ninguno de los candidatos, no viéndose afectada la imparcialidad objetiva en mi participación en la votación”.

Cándido Conde-Pumpido

En relación a la afirmación machista de que se debía abstener porque Conde-Pumpido es su marido y los magistrados que salga elegidos votarán al futuro presidente, a lo anterior, Martínez de Careaga añade: “No tengo vínculo matrimonial con ninguno de los interesados en el procedimiento que nos ocupa (Candidatos). Cándido Conde-Pumpido es ya, desde hace seis años, magistrado del Tribunal Constitucional. No participa en el proceso de selección que hoy nos ha ocupado”.