Ángel Luis del Olmo, magistrado destinado en el Juzgado de lo Social número 25 de Madrid falleció en la mañana del martes 2 de julio al parecer de un infarto de miocardio. Sus compañeros de Jueces para la Democracia relatan que el fallecimiento se produjo en la sede de los Juzgados de lo  Social, en el número 3 de la calle Princesa, cuando salía del ascensor para dirigirse a su Juzgado.  Y denuncian: “Ángel Luis del Olmo, como la mayoría de los jueces de lo social de Madrid se encontraba sometido a una intensa situación de estrés  consecuencia del incremento de la litigiosidad derivada de la crisis económica”. A esto se añade, explican, la carencia de medios, incluidos los sanitarios. Con un trasiego de cinco mil personas diarias, en los juzgados no hay médicos, ni ATS, ni desfibrilador…aunque se había solicitado.

“Es que la situación que están viviendo los jueces de  lo social es terrible. Sufren un estrés terrible, una tremenda tensión. No hay medios, ni materiales ni personales. Cuando hay una vacante, no se cubre. Se deniegan las prolongaciones de jornada, los permisos, se deniega todo”, denunciaban a ELPLURAL.COM fuentes jurídicas del área laboral. “Si el  juez quiere tener al día el juzgado debe trabajar de diez a doce horas diarios y los fines de semana. Ya no hay sustitutos que antes podían ser un pequeño desahogo. Y hay que sumar que celebran 30 juicios a la semana, porque con la reforma laboral se ha complicado todo, hay más conflictividad, más despidos colectivos. Los jueces están muy quemados”.

Intensa situación de estrés sin apoyo
A esta situación límite se refieren también Jueces para la Democracia en un comunicado de la Sección Territorial de Madrid: “Angel Luis del Olmo, como la mayoría de los jueces de lo social de Madrid se encontraba sometido a una intensa situación de estrés  consecuencia del incremento de la litigiosidad derivada de la crisis económica. Realizaba  un  enorme esfuerzo diario   para poder llevar adecuadamente su Juzgado, cuyo número de asuntos superaba en mucho los establecidos como recomendables  por el Consejo General del Poder Judicial.  Pese a la situación excepcional que atraviesan estos órganos judiciales no contaba con ningún apoyo o refuerzo”.

Ni médico, ni ATS ni desfibrilador
El juez fallecido carecía de antecedentes cardiovasculares. La mañana de su muerte, alguno de sus colegas recuerdan haberle oído comentar que tenía un día complejo y que la semana anterior había sido también dura. Su cuerpo estuvo toda la mañana en  el rellano de los ascensores de la octava planta cubierto por una sábana. Y es que en la sede de los Juzgados, por la calculan los jueces pasan más de cinco mil personas al día y en la que trabajan cientos de funcionarios, no existe servicio médico, ni ATS. Tampoco un desfibrilador si bien los delegados del Decano lo habían solicitado en diversas ocasiones. “Al parecer la Comunidad de Madrid que preside Ignacio González no lo consideraba necesario”, explican en la sede de los juzgados.

Abandono de las autoridades
También la asociación de JpD hace referencia en su comunicado a esta situación de carencia grave: “Con independencia de lo que este sobreesfuerzo haya podido influir en  su fallecimiento, la forma en la que se ha producido revela el abandono y la desatención de las autoridades  responsables de la seguridad en los Juzgados de lo Social de Madrid. Tras sufrir el infarto Angel Luis del Olmo no ha sido atendido hasta 40 minutos después por personal del SUMMA, que solo ha podido constatar su muerte.

Le atendió un perito que asistía a un juicio
Al parecer, la tardanza del SUMMA tuvo que ver con la dificultad de acceder al número 3 de Princesa y con una serie de desafortunados errores. Fueron primero al número 5 de esa calle donde está el SMAC y luego se equivocaron con el 3 duplicado. Mientras tanto, al magistrado le atendió un médico que asistía como perito a uno de los juicios pero que obviamente carecía del instrumental preciso.

Denuncian  la situación de jueces y funcionarios
Los asociados de Jueces para la Democracia  de Madrid  explican: “queremos rendir  homenaje a nuestro compañero fallecido, al tiempo que  denunciar la situación en la que realizan su trabajo cientos de jueces y funcionarios de la Administración de Justicia de Madrid  sin los medios necesarios para hacer frente a situaciones de urgencia como la  que ha determinado el fallecimiento de nuestro compañero”.

Héroes a perpetuidad
Otros colegas son más duros en su análisis: dicen que el juez  venía soportando una carga de trabajo inhumana que atendía como podía, que prácticamente vivía en el Juzgado desde las ocho de la mañana hasta  las 10 de la noche. Y añaden con rabia: “Según parece, si alguien demuestra heroicidad durante un tiempo, está condenado a ser un héroe a perpetuidad”.