Esta madrugada Taiwán ha sufrido el peor terremoto en los últimos 25 años, un seísmo de magnitud 7,4 que se ha cobrado la vida de al menos siete personas, más de 700 heridos y ha causado el derrumbe de multitud de edificios y cortes del suministro eléctrico.

Desde que en 1999 un potente terremoto devastó por completo la isla, con 2.400 muertos y 50.000 edificios dañados, los habitantes no habían vuelto a vivir ninguno de esa gran escala. Este último se ha producido a las 8:00 de la mañana (hora local) en la costa este de la isla, a 25 kilómetros de Hualien, donde viven 100.000 personas y a 138 kilómetros de Taipei, la capital.

Aunque en estos momentos las autoridades y el ejército se encuentran realizando las labores de rescate, ya se ha podido confirmar que tres excursionistas habrían perdido la vida por el desprendimiento de rocas en el Parque Nacional Taroko (Hualien) y un camionero falleció al ser aplastado por las rocas cerca de un túnel. En este parque también resultaron heridas alrededor de 40 personas. Además, han informado que han logrado rescatar a ocho personas de un edificio de ocho pisos derrumbado, y siguen trabajando para localizar a las cinco personas que aún están atrapadas.

El seísmo no solo ha provocado la pérdida de vidas humanas, sino también multitud de daños materiales. El principal, el corte del suministro eléctrico. El terremoto dejó sin electricidad a más de 300.000 hogares, aunque a estas horas el servicio ya está reestablecido. Además, el metro también fue suspendido y los estudiantes fueron evacuados de las escuelas.

Protocolos de respuesta

A pesar de que este ha sido el peor en 25 años, Taiwán acostumbra a sufrir este tipo de desastres naturales por su ubicación geográfica. Ubicado en el límite tectónico entre la Placa Euroasiática y la Placa del Mar de Filipinas, esto obliga al Gobierno a tener activados los protocolos de respuesta correspondientes para actuar de manera adecuada cada vez que se producen un fenómeno de esta magnitud.

Por esto mismo, nada más producirse, el Gobierno envió de manera inmediata los servicios de emergencia de Hualien a la zona afectada y helicópteros que permitieran investigar el daño causado en las áreas de montaña en la costa sur y esta más inaccesibles y con probabilidad de deslizamientos de tierra.

Aviso de tsunami

Dada la gran magnitud del terremoto registrado, las autoridades advirtieron en un primer momento que se podría producir un tsunami. No obstante, a estas horas se ha descartado la amenaza, aunque las olas son de gran nivel. En Taiwán las olas alcanzaron casi medio metro en Chenggong, a 100 kilómetros de sur del epicentro. En Japón, una ola de 0,3 metros impactó en Okinawa, pero ninguna alcanzó el aeropuerto. En Filipinas, el Instituto Filipino de Vulcanología informó que no se han registrado alteraciones en el nivel del mar. Y según el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, la amenaza de cualquier tsunami en Estados Unidos ya ha “pasado en gran parte”. No obstante, las autoridades siguen manteniendo la alerta y la precaución y desde el Centro de Alertas de Tsunamis de EEUU han aconsejado al Gobierno “vigilar las condiciones en la costa para determinar si es seguro reanudar las actividades normales y cuándo”.

Testimonio español

Entre todos los afectados por el seísmo, Rubén Almendros, investigador español, se encontraba en el distrito de Nangang de Taipéi en el momento del terremoto. Según relató a la agencia EFE, “era la primera vez en mi vida que sentía un terremoto de tal magnitud. Las paredes se tambaleaban, se han caído libros y lámparas y, cuando el seísmo principal se ha detenido, no teníamos ni electricidad ni agua en el apartamento”. Su casa fue una de las 308.242 viviendas que se quedaron sin electricidad, aunque según informa la Compañía de Energía de Taiwán, de todas ellas, el 70% ya tiene servicio.