La misión OSIRIS-Rex de la NASA ha comunicado que un asteroide podría chocar con la Tierra a partir del año 2135, aunque señalan que las posibilidades son “extremadamente pequeñas”. Según han podido desvelar a partir de su estudio, el asteroide pasaría más cerca de la Tierra que de la Luna y cruzaría un “ojo de cerradura gravitacional”. Este término hace referencia a una región del espacio donde la gravedad de un planeta altera la órbita de un asteroide. Sin embargo, según modelos de la NASA son pocos los “ojos” que deberían alarmar a los humanos.
Tal y como ha señalado Davide Farnocchia, autor del estudio, “la probabilidad de impacto, en general, es realmente pequeña”. No obstante, en caso de hacerlo, el asteroide Bennu viaja a una velocidad de 100.000 kilómetros por hora y el impacto sería equivalente a la energía de 70.000 bombas atómicas de Hiroshima y causaría un cráter de cinco kilómetros de diámetro.
Pese a ello, desde el Centro de Estudios Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, animan a mantener la calma dada la mínima posibilidad que hay de que esto suceda. En este sentido, señalan que desde ahora y hasta el año 2300, la posibilidad de que Bennu choque con la Tierra es de 1 entre 1.750, un 0,057%. El máximo riesgo se alcanzaría el 24 de septiembre de 2182 con probabilidad del 0,037%.
NEW: Researchers using data from our #OSIRISREx mission have gained more insight into asteroid Bennu’s trajectory through the year 2300. The findings could help us refine the orbits of other asteroids, and reduce uncertainties: https://t.co/Rkhk2YxjN9 pic.twitter.com/6j38j4ru7I
— NASA (@NASA) August 11, 2021
Mientras tanto, la NASA se encuentra trabajando con el desarrollo de la misión DART, con el objetivo de cambiar la trayectoria de los asteroides al impactar contra ellos o contra una de sus “lunas”.
Además, ha hecho referencia a los objetos cercanos a la Tierra que no son identificados y ha señalado que la NASA “está haciendo un gran esfuerzo para descubrir más del 90% de los objetos cercanos de más de 140 metros de tamaño”.
En este sentido, Kelly Fast, responsable del Programa de Estudios Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, señala que, respecto a Bennu, “realizamos estudios astronómicos continuos que recopilan datos para descubrir objetos previamente desconocidos y refinar nuestros modelos orbitales. La misión OSIRIS-REx ha brindado una oportunidad extraordinaria para afinar y probar estos modelos, ayudándonos a predecir mejor dónde estará Bennu cuando se acerque a la Tierra dentro de más de un siglo”.