Cada vez son más las personas que optan por relaciones no monógamas. Según una Encuesta sobre Educación Sexual realizada por JOYclub en España, un sitio de citas por internet, el 43% de los encuestados manifiesta interés por experimentar diferentes tipos de relaciones no normativas.
Pero no solo nuevas parejas exploran dinámicas relacionales más flexibles, también matrimonios convencionales con años de relación a sus espaldas lo hacen.
La razón principal, explica a ELPLURAL.COM Cecilia Bizzotto, socióloga y sexóloga, es la "normalización de la diversidad de las maneras de vincularse". "Cada vez estamos haciendo más divulgación. Se está hablando sobre los diferentes modelos relacionales y eso hace que se puedan proponer otras formas de vincularse", detalla, añadiendo que "cada vez hay menos estigma". "Es algo popopular, e incluso, está un poco de moda", reconoce.
Los motivos que llevan a un matrimonio a tomar este tipo de decisión varían. Sin embargo, es muy importante huir de la idea de que se hace para recuperar el deseo perdido en la pareja. "Esto no solo no es así, sino que además no es recomenable", apunta Bizzotto, que precisa que "socialmente tenemos muy aprendidos esos mitos que juzgan a las personas". En este sentido, recalca que es fundamental "huir de ellos porque son limitantes y no nos permiten vivir nuestras experiencias de forma fluida y veraz".
Deseo de dos, secreto de éxito
Para que una relación no monógama funcione, "es fundamental que todas las partes implicadas deseen tener ese tipo de relación". "Muchas veces se comete el error de imponérselo a la pareja defendiendo que se necesita abrir la relación o, incluso, amenazando con romperla si la otra persona no accede". En estos casos "la idea no parte de reconocer los deseos del otro, sino de imponer los de uno", precisa la también portavoz de JOYclub España. Por ello, es clave que sea desado por ambas partes "Puede ser que una parte de la pareja tenga más ganas o que lo tenga más pensado, pero lo importante es que parta del deseo de ambos", enfatiza.
Comunicado y consensuado
La decisión de dejar de ser monógamo, además, tiene que ser comunicada y consensuada. En este sentido, esta sexóloga apunta también que es muy importante "contar con referentes". "Todo el cine que hemos visto, toda la literatura que hemos leído, todas las relaciones que tenemos alrededor son monógamas", expone Bizzotto. "Tenemos muy claro cómo vincularse desde la monogamia, pero no fuera de ella", apunta. En este contexto, pone como ejemplo el hecho de que es muy posible que si una mujer con una relación abierta comenta con sus amigas monógamas que está teniendo celos, estas nos los entiendan y le respondan que es ella la que ha buscado eso. "Eso es no entendwer las emociones que stán exprimentando esas personas", aclara, insistiendo en la necesidad de "hacer comunidad" y hablar con personas con inquietudes y experiencias similares. Foros, grupos y encuentros pueden ser de gran utlilidad para abordar las preocupaciones.
Tipos de relaciones no monógamas
Existen muchos tipos de relaciones no monógamas. La poliamorosa se basa en relaciones de amor con más de una persona, con el conocimiento y consentimiento de todos los involucrados. En estos casos se desarrollan vínculos afectivos, no solo sexuales. Distintas son las relaciones abiertas, en las que la pareja principal permite encuentros sexuales con terceros y no tiene por qué haber sentimientos de por medio.
Otro ejemplo fuera de la monogamia es la anarquía relacional, basada en el rechazo a las jerarquías impuestas por la sociedad sobre los tipos de relaciones, como, por ejemplo, priorizar a la pareja sobre las amistades. Promueve vínculos más libres y personalizados.
El swinging o intercambio de parejas, por su parte, consiste en un cambio de parejas sexuales consentido, dentro de un ambiente controlado, como fiestas privadas o clubes.
La polifidelidad también es una relación no monógama que implica a un grupo de personas que mantiene vínculos amorosos o sexuales entre ellas.