El tabaco es un factor de riesgo confirmado para los pacientes infectados de Covid-19. Cuando empezó la pandemia, algunos científicos reunieron posibles evidencias de que la nicotina podía ser un factor clave protector de la enfermedad. Los datos de los infectados en China revelaban que sólo un pequeño porcentaje de ellos eran fumadores, algo que hizo saltar todas las alarmas y llevó a pensar a los profesionales que el tabaco protegía de alguna manera a los pulmones.

Sin embargo, gracias a un estudio de la Universidad de California se ha revelado que el tabaco no sólo no protege contra el virus, sino que es un potenciador del riesgo a empeorar. En una muestra realizada de 11.590 pacientes contagiados, se observó que los fumadores duplicaban las posibilidades de que la enfermedad se desarrollase y contraer MERS-COV, una afección respiratoria que pueden desarrollar algunos infectados y que puede llegar a ser mortal.

Aunque fumar puede ser para muchos un elemento evidentemente perjudicial para la salud respiratoria, lo cierto es que la Organización Mundial de la Salud ya publicó que aun se desconoce cual es la relación entre el tabaco y la severidad que puede alcanzar el coronavirus en pacientes infectados. Sin embargo, tal y como la OMS recoge en las declaraciones del profesor de medicina y director del centro para el Centro de Investigación y Educación para el control del tabaco Roengrudee Patavanich, sí se asegura que "fumar está asociado con un sustancial alto riesgo para la progresión del Covid-19".

Aun con esta investigación pendiente, la OMS sí confirma que los fumadores pueden llegar a desarrollar más síntomas peligrosos. Aunque se desconozca la relación de peligrosidad certera entre ambos elementos, la reducción de capacidad pulmonar que produce el consumo de tabaco incrementan de manera consecuente la desprotección contra las enfermedades respiratorias. De este modo, el consumo de nicotina hace que los pulmones estén menos protegidos a la hora de combatir el coronavirus en el organismo.

La advertencia de la OMS también incluye a los cigarrillos electrónicos, que no deben pasar desapercibidos a la hora de desarrollar dificultades respiratorias a través de su uso prolongado. La organización llega a advertir, incluso, del riesgo del tabaco de mascar. Aunque este último no muestra relación con los pulmones, requiere un contacto directo de las manos con la boca, un acto que podía llevar a mover la infección. Además, la producción de más saliva al mascar también se considera como algo peligroso para la transmisión del virus.

Repecto al tabaco, la OMS ha hecho una única recomendación para frenar el efecto del coronavirus en fumadores: Dejar de fumar. Para ello, ha aconsejado erapias para reemplazar la nicotina u otros fármacos aprobados.