Dilawar Fazal, el hombre acusado del asesinato de tres hermanos en Morata de Tajuña el pasado 22 de enero y de matar a su compañero de celda en la madrugada del pasado jueves, se enfrenta a dos semanas de aislamientos en la cárcel sin ningún tipo de contacto con nadie. 

Después de los hechos acontecidos este jueves en el módulo 12 de la cárcel de Estremera, el autor confeso del crimen de Morata, apodado como El Negro, tendrá que asumir durante 14 días su estancia en una habitación bunkerizada y, pasado este tiempo, será trasladado a una celda individual y se le aplicará el artículo 10 de la Ley Orgánica Penitenciaria, el que corresponde a primer grado para internos preventivos. Por lo que respecta a su vida en la prisión, solo dispondrá de dos horas para salir al patio y con compañía limitada de cinco presos como máximo. Mientras sigue la investigación, a cargo del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 de Arganda del Rey, el autor confeso también será sometido a un examen de valoración psiquiátrica para comprobar si sufre algún trastorno mental.

El motivo por el que se le puso en compañía de otro preso en la misma celda tras el triple asesinato en enero responde a una mera costumbre en los centros penitenciarios para tratar de facilitar su adaptación en la prisión. No obstante, y a pesar de que, en esas tres semanas, no se habían notado comportamientos extraños por su parte, en la madrugada del jueves 15 de febrero varios gritos provenientes de la celda en la que se encontraba alarmaron a los internos. Los gritos eran de Ángel Asenov, víctima del asesinato, un interno búlgaro de 40 años, en prisión por violencia machista, delitos contra el patrimonio y lesiones. Casi de manera inmediata, el propio Dilawar avisó por el interfono a los funcionarios de la prisión de lo acontecido. Tal y como apuntan fuentes de la investigación, la muerte pudo producirse por golpes en la cabeza, aunque no hay conocimiento de qué objeto empleó concretamente.

Tras esto, el Grupo de Homicidios de la Comandancia de Tres Cantos es el que se ha hecho cargo de la investigación. Además, la Policía Judicial de la Guardia Civil ha sido la encargada de recoger pruebas en la propia celda, para investigar si existían problemas previos entre ambos. 

Antecedentes: el triple crimen 

El pasado 22 de enero, Dilawar Fazal, se entregó a la Guardia Civil en las dependencias de Arganda del Rey, tras matar a Amelia, Ángeles y Pepe, tres hermanos de avanzada edad, lo que le llevó al ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza en la cárcel Madrid VII de Estremera mientras el grupo de Homicidios de la Comandancia de Madrid se hacía cargo de la investigación. 

Tras el motivo de este crimen, se esconde un ajuste de cuentas entre el acusado y las víctimas. La investigación señala que el autor confeso actuaba como prestamista de dos de las hermanas asesinadas, que le solicitaban dinero para poder pagar a un militar norteamericano, que responde al nombre de Edward y con el que una de ellas mantenía una relación amorosa a distancia.

Sin embargo, no era la primera vez que Dilawar ingresaba en este centro, ya que en febrero de 2023 había golpeado con un martillo en la cabeza en repetidas ocasiones a una de las hermanas. Ocho meses después, al no existir antecedentes penales, se le otorgó el beneficio de suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad y fue puesto en libertad. Además, pagó 2.900 euros de indemnización a la víctima en concepto de responsabilidad civil. Todo apunta a que, justo un año después, ha empleado el mismo procedimiento para matar a los tres hermanos y a su compañero de celda.