Juan Carlos I pasó el último fin de semana antes de salir de España en Sanxenxo junto a compañeros de regatas, y a primera hora del lunes se habría dirigido al aeropuerto internacional de Oporto, según adelanta El País.

En la localidad de Pontevedra, que se ha convertido en un refugio para el monarca durante los últimos tiempos, el padre de Felipe VI habló sobre todo de las competiciones de vela, de la incidencia del coronavirus y de la necesidad de mantener las medidas de seguridad frente a la pandemia. Fuentes conocedoras del encuentro han contado que el monarca se mostró muy animado.

El rey Emérito llegó a Sanxenxo en su coche el pasado domingo, acompañado de sus escoltas y de su ayudante, y allí contó a sus compañeros de regatas que dejaba España como todos los agostos, pero esta vez no para pasar unas simples vacaciones estivales en Croacia, Turquía, el Caribe o Saint-Tropez, sino por un tiempo más indefinido. No les dijo, sin embargo, cuál sería su destino.

Se alojó en la casa del campeón de vela Pedro Campos

El Rey Juan Carlos se alojó en la casa que tiene en la localidad el campeón de vela Pedro Campos, presidente además del Real Club Náutico. Cenó con su equipo, con quien mantuvo una animada charla.

La amistad del monarca con Campos se remonta a años atrás. En 1999 el campeón de vela fue nombrado presidente del viejo Náutico local. Había regateado con el Rey en Baleares varias veces antes de sus operaciones. En 2000 se organizó en Sanxenxo la presentación del mundial de cruceros que se iba a celebrar en Cerdeña y el monarca hizo de anfitrión de honor.

El rey Emérito lleva años disfrutando en sus veranos de un entorno ideal y de sus restaurantes preferidos, el D’ Berto o Culler de Pau en O Grove o Casa Vila en Vigo.