La ciudad de Pontevedra se ha caracterizado en los últimos años por coleccionar reconocimientos nacionales e internacionales en materia de accesibilidad, medio ambiente o urbanismo. Fundamental para este éxito que se plasma en más de una docena de galardones es el ambicioso proyecto de peatonalización llevado a cabo.

La capital de las Rías Baixas presenta muchas peculiaridades. Por ejemplo, es la única ciudad gallega con una plaza de toros real, con sus 120 años de historia, a pesar de tener un Gobierno municipal, con su alcalde, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores, a la cabeza, que ha manifestado estar en contra de los espectáculos taurinos.

Dispone de un casco histórico espectacular, trufado de plazas peatonales – como todo el casco urbano- cada cual más bonita e histórica. Muestra con orgullo, pero sin estridencias, que en una casa de la Zona, vivió Ramón María del Valle-Inclán, donde escribió su primer libro (Femeninas, 1897).

Como consecuencia de la peatonalización, se convirtió en la primera urbe española en limitar la velocidad a 30 km/h en el casco (en 2011), que redujo el año pasado a 10 km/h en las calles de plataforma única. Además de ser considerada por medios internacionales “un paraíso para vivir”, la ONU la declaró Ciudad Más Cómoda en 2014 y este mismo año la Comisión Europea ha vuelto a ponerla como ejemplo a seguir.

Ahora, a todos estos hitos relacionados con la calidad de vida, también se une otro que tiene que ver con la actualidad política, al convertirse en una de las primeras capitales españolas en retirar el nombre de rey emérito de su callejero.

“Decencia e higiene democrática”

La decisión adoptada hace un mes todavía no se ha hecho efectiva. La justificó la concejala de Cultura del Concello pontevedrés, Carmen Fouces, por las “evidencias” que existen y que hacen que el monarca no sea “merecedor de denominar una calle”. Argumentó que la medida es un “ejercicio de decencia e higiene democrática inaplazable”, y esto antes de conocerse la regularización tributaria de Juan Carlos I.

Entre los residentes en la vía hay pocas dudas sobre la retirada. Patricia vive en esta calle desde hace una década. Ve “bien” la medida “dadas las circunstancias”, aunque percibe cierto “desacuerdo”. De hecho, “en nuestro portal se puso un cartel para recabar firmas en contra”, explica. La mayoría de las críticas se centran en los problemas burocráticos que conllevará la modificación.

El día que Fouces informó de la medida también anunció que, cuando se haga efectivo el cambio, al rey emérito le sustituirá Virxinia Pereira Renda. Una mujer “galleguista y garante del legado político y artístico de Castelao”, con el que estuvo casado durante casi cuatro décadas, según explicó la propia edil.

“No, no la conocía”, dice Víctor, otro vecino de la zona desde hace 14 años en relación con el nuevo nombre del vial. “Se corre el riesgo de que se piense que se pone el nombre de una mujer por haber estado casada con Castelao”, más que por sus méritos.

Sanxenxo y el emérito

Coincide, eso sí, con la idoneidad del cambio porque “ponerle un nombre a una calle es un homenaje”. Aclara que nadie puede argüir que se trata de un gesto contra la corona porque “en Pontevedra hay otras vías como Reina Victoria, Alfonso XIII o Isabel II o la Ciudad Infantil Príncipe Felipe” que acoge un colegio y otras instalaciones.

El rey emérito con el presidente de la Xunta de Galicia en noviembre de 2019 en Sanxenxo en la entrega de premios de la Copa de España (Foto: Europa Press/Archivo).

Con respecto a las opiniones de los residentes, cree que la gente es “bastante pragmática y piensa en el lío de cambiar la dirección y el gasto innecesario” que supone. No obstante, Víctor lo ve con la “sensación de que es una manera de hacer justicia”. En la de los tribunales no muestra mucha confianza.

Estos días se vuelve a hablar del rey emérito, de su forma de actuar. En este contexto, cabe subrayar que sus relaciones con Pontevedra vienen de décadas atrás. De cuando se formó en la Escuela Naval Militar de Marín, donde también lo hizo su hijo, el actual monarca. Ambos, en sus épocas, se ‘escapaban’ a la capital de la provincia, a apenas 7'5 kilómetros, por diferentes motivos.

El Concello, anunció que, además del nombre de la calle, le retirará todos los “honores y distinciones”. Con esta decisión, quizás el Ayuntamiento cumpla con algo que, según algún medio local, dijo Juan Carlos I en 1976 en una visita a Pontevedra: una ciudad con gran personalidad.

Patricia observa la decisión del Ayuntamiento como algo que entra en la lógica, “lo que esperas de un Gobierno local”, aunque también reconoce que “por desgracia, en otros lugares de la provincia no se hará algo similar, por ejemplo, Sanxenxo”.

Y es que la conocida como 'Marbella gallega' está muy presente en vida del monarca, no en vano, allí hizo noche el día antes de su salida hacia Abu Dabi.