Es frecuente en esta época del año oír de forma reiterada "estoy cansado o cansada". Hay quien, incluso, hace esta confesión habiendo dormido más de lo habitual o estando de vacaciones. La razón está en cierto modo en el tiempo meteorológico, pero no por las causas que la mayor parte de la población imagina. 

Cada verano, las temperaturas son más altas y esto no lo pasa por alto nuestro cuerpo. Según datos de la AEMET, España registra cada vez más noches tropicales (más de 20 °C) y tórridas (más de 25 °C), especialmente en zonas como Valencia, Murcia, Sevilla y el litoral andaluz..

Más calor, menos oxígeno

El calor, además de dificultar la conciliación del sueño, obliga a muchas personas a dormir con la boca abierta, ventiladores o aires acondicionados, lo que provoca sequedad, microdespertares y, en algunos casos, que se agraven apneas del sueño no diagnosticadas. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), más del 25 % de los adultos presenta algún grado de alteración respiratoria del sueño, aunque solo entre el 5 % y el 9 % de los casos clínicamente relevantes están diagnosticados y reciben tratamiento.

“La mayoría de personas asocia dormir con roncar o no roncar. Pero hay casos de apnea del sueño leve sin ronquido aparente que interrumpen el ciclo del sueño profundo y hacen que el cuerpo nunca llegue a descansar del todo”, explica la doctora Sofía Rodríguez Moroder, odontóloga experta en disfunción craneomandibular, dolor orofacial y medicina dental del sueño de la clínica CráneoSalud de Valencia.“Si además existe bruxismo, disfunción mandibular o una mala posición lingual durante la noche, el sistema nervioso entra en alerta continua sin que el paciente sea consciente”, señala. 

El secreto está en los dientes 

Según la Sociedad Española de Disfunción Craneomendibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO) y el Consejo General de Dentistas, el 70% de los adultos, en algún momento de su vida, aprieta o rechina los dientes de forma inconsciente, sobre todo, cuando duerme. La incidencia del bruximo se ha cuadriplicado desde la pandemia, especialmente entre mujeres de 30 a 55 años.

Esta especialista explica que el verano es una de las épocas del año donde el bruxismo se agrava. "El calor, el estrés térmico, la hiperconectividad digital y los cambios de colchón o de entorno (viajes, hoteles, casas sin ventilación) generan una serie de microfactores que alteran la fisiología del descanso y activan la respuesta de tensión en el sistema craneocervical", resume. 

Uno de los errores más comunes, es atribuir la fatiga veraniega y los dolores de cabeza persistentes al estrés o la deshidratación. Si bien esto es así otro factor a considerar y en el que nunca se piensa es que estos síntomas pueden tener "una raíz funcional en la articulación temporomandibular (ATM)".

Esta articulación, situada justo delante de los oídos, conecta la mandíbula con el cráneo y regula funciones clave como la masticación, la deglución o el habla. "Cuando está desalineada, inflamada o comprimida por tensión muscular, puede desencadenar una larga cadena de síntomas: cefaleas, mareos, zumbidos en los oídos, vértigos, presión en las sienes, fatiga ocular e, incluso, alteraciones en la postura corporal", precisa la doctora Rodríguez Moroder.

“El sistema masticatorio está conectado al sistema nervioso central más de lo que imaginamos. Si la articulación temporomandibular no funciona bien, el cerebro interpreta que hay una amenaza constante y se mantiene en alerta, interrumpiendo las fases profundas del sueño”, aclara. 

En España, más de 4 millones de personas padecen insomnio crónico, según la Real Academia Nacional de Medicina, y un alto porcentaje de estos casos "no tienen origen psicológico, sino fisiológico, estructural o respiratorio", apunta.

Señales para detectar el bruxismo

Para detectar si sufrimos bruxismo es necesario prestar atención a las siguientes señales de alerta: 

  • Dolor o tensión en las sienes al despertar

  • Sensación de fatiga aunque se haya dormido suficiente

  • Dolor en mandíbula, cuello o espalda alta

  • Mareos al levantarse o al cambiar de posición

  • Ruidos articulares al abrir o cerrar la boca

  • Ronquidos leves o sensación de garganta seca por la mañana

Tratamientos

La solución al bruximo no es compleja ni invasiva. La mayor parte de las veces pasa por el uso de "férulas neuromiorelajantes, dispositivos de avance mandibular, ejercicios específicos de fisioterapia craneomandibular o reeducación postural lingual”, precisa esta odontóloga. “Muchos pacientes, tras años de medicación, descubren que su problema era estructural… y reversible”, zanja.

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