Con la actual polémica abierta por el presidente del FC Barcelona acusando al Real Madrid de ser el “equipo del régimen franquista”, Joan Laporta abrió la caja de los truenos. El Real Madrid se ha defendido publicando un vídeo en el que acusa a la entidad blaugrana de ser “el equipo de varios regímenes”, y en el que se vincula al Barcelona con el franquismo. Una diatriba que ha alcanzado niveles de crispación que supera lo deportivo para llegar a lo político. Tanto es así que el Govern ha salido en defensa del FC Barcelona exigiendo al Real Madrid que retire el vídeo. La portavoz de la Generalitat, Patrícia Plaja, ha calificado como “burda manipulación y fake news indecentes” el documento gráfico. Incluso el expresidente Carles Puigdemont se ha metido en la pelea afirmando que “lo que se está haciendo con el Barça es lo mismo que llevan décadas haciendo con Cataluña: persecución y esfuerzo por imponer un relato oficial en el que los opresores son víctimas del oprimido". Una frase exagerada e inapropiada más, propia del fugado president.

Fútbol y fascismo

Convendría acudir a fuentes autorizadas y documentadas para poner sensatez y equilibrio en este asunto. El historiador malagueño Cristóbal Villalobos, experto en estos asuntos sobre vinculaciones políticas en el deporte, explica en su libro ‘Fútbol y fascismo’ cómo Franco utilizó el deporte rey en su beneficio, pero también como, igualmente, lo llevaron a cabo los clubs. Las entidades deportivas estuvieron cercanas a la dictadura, de la misma forma que hicieron otros dictadores como Mussolini o Hitler.

Regímenes totalitarios del siglo XX y el fútbol

"El fútbol es un juego, una pasión, una forma de agregación social, un negocio; y, por todo ello, también una eficaz herramienta de control sobre las masas. Gracias a su inigualable capacidad de crear mitos, a su épica intrínseca, este deporte ha sido explotado desde sus albores como arma de propaganda ideológica y, más recientemente, también comercial. Los primeros en darse cuenta de su inmenso poder de sugestión fueron quizá los regímenes totalitarios del siglo XX, que, en su afán de calar transversalmente en todos los estratos de la sociedad, usaron esta popular disciplina como rudimentario, pero poderoso instrumento de marketing político".  Así se expresa Villalobos, historiador, columnista, escritor y profesor.

Es conocido el uso del deporte rey como una especie de engañifa que nubla y oculta la visión por el pueblo de la realidad exacta de la política o de las instituciones en sus versiones negativas, como son los fascismos o regímenes dictatoriales.

También se detalla el valor del fútbol para el adoctrinamiento y la difusión propagandística. El libro se estructura en tres apartados, desde la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler a la España de Franco y el Portugal de Salazar, concluyendo con las dictaduras latinoamericanas.

Mussolini, el gran maestro de la utilización del fútbol

Para este historiador malagueño, Mussolini fue el primer y gran maestro de la utilización del fútbol en beneficio de un régimen autoritario. El Duce fue un destacado profesional de esta estrategia durante los Mundiales de 1934 y 1938. Un Benito Mussolini al que no le gustaba el fútbol, pero sí practicaba activamente el esquí, esgrima o la natación.

Madrid, Atlético, Barcelona y Athletic, con vinculaciones franquistas

Durante la Copa de Europa de 1964, Franco utilizó este evento como instrumento de propaganda y de robustecimiento exterior e interior. Sobre de qué equipo era seguidor Franco, el autor de “Fútbol y fascismo”, claramente lo vincula al Real Madrid y al Racing de Ferrol, pero desmiente la creencia popular de que el Madrid fuera el equipo del Régimen o al menos no solo el club merengue: "El Madrid, el Atlético de Madrid, el Barcelona y el Bilbao también tuvieron vinculaciones franquistas muy claras que luego derivaron en algunos casos a posiciones nacionalistas e independentistas".

Árabes y chinos en España

Cree Villalobos que, ahora, son los árabes los nuevos políticos que apuestan e invierten en el fútbol como mecanismo de poder y de lavado de sus regímenes. También los chinos se dejan parte de sus fortunas en el deporte rey, como se observa actualmente en el fútbol español.

Franco y la Eurocopa de 1964

El interés de Franco y su régimen por el fútbol como elemento para adormecer y entretener a la población se vio amplificado por las repercusiones que se buscaban fuera de nuestras fronteras como instrumento de legitimación del poder. En ese sentido, cobra interés esta reflexión que desgrana en el libro: "El régimen organizó la Eurocopa de 1964 para demostrar que España no era menos que el resto de países del continente, un gran evento propagandístico que se vio multiplicado con el mítico gol de Zarra que permitió ganar nuestro primer título internacional, coincidiendo además con los 25 años del franquismo". Destaca la circunstancia de que el equipo contrario de la final fuera la URSS, "lo que se utilizó como una reedición de la Guerra Civil y una nueva victoria frente al comunismo".

La equipación roja que disgustaba a Franco

También hay espacio en el libro para reflejar la controversia de los colores de las equipaciones. A Franco le disgustaban los "rojos" y por ende la vestimenta de ese color por asociarse a los republicanos y a la Unión Soviética, lo que provocó la introducción del pantalón azul y la segunda indumentaria de ese mismo color.