La Semana Santa está ya a la vuelta de la esquina. Son muchos los que aprovechan estas minivacaciones para romper con la rutina y disfrutar de unos días de descanso sin estar pendientes del reloj.

Sin embargo, cuando hay niños de por medio, los especialistas recomiendan evitar, en la medida de lo posible, romper los hábitos de sueño de los pequeños.

Hacerlo de forma excepcional no tiene importantes repercusiones. Sin embargo, la casa cambia cuando se prolonga en el tiempo.

A problemas como mayor irritabilidad, hiperactividad o bajo rendimiento académico, se suma ahora el de la obesidad.

Un grupo de especialistas del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid ha desarrollado un trabajo en el que ha determinado que el sueño y la regularidad de horarios en las actividades cotidianas guarda relación con el sobrepeso.

“Es necesario conocer en profundidad los estilos de vida de los niños con obesidad, ya que en ellos la única intervención eficaz reconocida científicamente para su tratamiento es la modificación de los estilos de vida”, subraya el doctor Leandro Soriano, jefe del Servicio de Pediatría del citado centro y uno de los investigadores de estudio, que lleva por título  ‘Influencia del patrón del sueño y grados de actividad físicas sobre variables antropométricas y composición corporal en niños y adolescentes obesos’.

“La alimentación y el ejercicio físico son aspectos fundamentales”, subraya este especialista, pero también lo son “los hábitos de sueño y la regularidad de horarios en todas las actividades realizadas”.

El estudio constituye “la parte inicial de un proyecto sobre los ritmos circadianos en la obesidad infantil”, señala Dra. Teresa Gavela, integrante también del servicio de pediatría de la FJD, que tiene claro que “en el grado de obesidad, no solo influye de forma negativa el sedentarismo, sino también los patrones del sueño más disruptivos”. “La disregulación de los horarios de sueño de unos días a otros es un factor de riesgo”, determina esta especialista.

Premio a la Mejor Comunicación

La investigación de este grupo ya ha recibido su primer reconocimiento. El equipo de la Fundación Jiménez Díaz ha sido galardonado con el Premio a la Mejor Comunicación durante el VI Curso de Salud Integral en la Adolescencia, organizado por la Sociedad Española de Medicina para la Adolescencia (SEMA).

Un problema de salud pública

El índice de obesidad infantil no ha dejado de crecer en los últimos años y las expectativas es que siga aumentando en las próximas décadas.

Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, la prevalencia es ya del 18 por ciento, lo que lo convierte en un auténtico problema de salud pública.

El sobrepeso tiene importantes repercusiones sobre los niños. “A corto plazo, repercute de forma negativa en los aspectos psicológicos”, apunta el Dr. Soriano, a lo que hay que añadir, desde el punto de vista médico, “complicaciones metabólicas que se observan desde edades tempranas como insulinorresistencia, dislipemias, déficit de vitamina D, hipertensión arterial…”

A largo plazo, además, añade, “la perpetuación de estas alteraciones y su empeoramiento merman mucho la salud cardiovascular de los adultos”.

Consulta de obesidad infantil

Para combatir este grave problema, la Fundación Jiménez Díaz puso en marcha hace un año una consulta monográfica de obesidad infantil. En ella, explica la Dra. Gavela, “se estudia a los niños de forma integral, haciendo hincapié en diferentes aspectos físicos, de alimentación, psicológicos…”. “Es fundamental intervenir desde muchos niveles: familiar, escolar, sanitario y social”, resalta el Dr. Soriano.

En este sentido, el centro, además del proyecto de la influencia de los ritmos circadianos, está llevando a cabo otros relacionados con la genética de la obesidad, y trabaja, junto a otros hospitales del grupo Quirónsalud, al que pertenece., en un aspecto clave, la prevención.