La jueza del caso Julen, el niño de dos años que cayó en un pozo de Totalán, en Málaga, cree que la culpa es del dueño de la finca, su tío, al que acusa de un delito de homicidio por imprudencia grave. Según el auto que da la investigación por concluida, David Serrano, que así se llama el propietario del terreno, dejó abierta la tapa del pozo por donde se precipitó Julen, una caída que le costó la vida.

El auto de la jueza, que dispone que sigan las actuaciones por el trámite del procedimiento abreviado, apuntando que David Serrano, propietario de la parcela, pudo cometer un delito de homicidio por imprudencia grave por dejar abierta la tapa del pozo.

La jueza de instrucción de este caso añade que se dé traslado del auto a las partes, que tienen diez días de plazo para solicitar la apertura de juicio oral, formulando escrito de acusación, o pedir el sobreseimiento de la causa.

El pozo de la tragedia

David Serrano se hizo con la finca de la tragedia en octubre de 2018, tras lo que contrató de manera verbal a Antonio Sánchez, pocero de profesión, para realizar pozos con los que sacar agua. En total, se hicieron dos pozos, uno de ellos de 110 metros de profundidad, por el que cayó Julen. Pero, tras no encontrar agua, se cerró con una losa de piedra.

Sin embargo, David siguió trabajando en la finca y el 5 de enero empezó a hacer una zanja con forma de L para construir un muro de contención, y en el foso quedó situado el pozo.

Dicho pozo volvió a ser tapado por David con una simple piedra, pero días después se desplazó de nuevo a la finca para realizar unas medidas y retiró la roca, dejando el pozo al descubierto. El mismo pozo en el que se cayó Julen el día 13 de enero.