El nivel educativo sigue bajando pero España resiste, según el Informe PISA. La última publicación de esta evaluación de estudiantes a nivel internacional publicado este martes muestra que los alumnos de nuestro país han bajado en algunas materias pero han resistido mejor a la pandemia que los países del entorno. En concreto, han bajado en Matemáticas y en Lectura, al tiempo que mejoran ligeramente en Ciencias, respecto a los que se examinaron bajo la ley Wert, en el último examen que se hizo, en el año 2018. De esta forma, los 30.800 estudiantes españoles examinados de entre 15 y 16 años han bajado sus notas medias, pero menos que a nivel global y europeo. En datos generales, la muestra es de 690.000 estudiantes de 81 países.

Los españoles retroceden pero resisten

Este martes se ha conocido la última edición del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, más conocido como el Informe PISA -por sus siglas en inglés-, que busca analizar si el alumnado cuenta con las habilidades suficientes para aprender pero sobre todo para incorporarse al mercado laboral al finalizar sus estudios. Estos datos supone un sistema de medición sobre el que se elabora un plan de mejora de la enseñanza en cada país y se comparan las cifras tanto a nivel internacional como en el propio entorno escolar. En esta ocasión se trata del primer informe desde la pandemia, e incluso no se hace ninguno desde el año 2018, en el que España se encontró por debajo de la media de la OCDE en Ciencias pese a la ley Wert.

El documento de este año refleja que los estudiantes españoles han empeorado su rendimiento en Matemáticas y Lectura y se encuentran estancados en Ciencias. En esta ocasión, la OCDE mide por primera vez los efectos de la pandemia en este tramo de edad y refleja un descenso generalizado en los resultados de casi todos los países, especialmente en Europa del norte y continental. Pese a que la caida es a nivel mundial, España resiste o al menos no baja tanto como el resto. Islandia y Noruega pierden más de 30 puntos en matemáticas, mientras en lectura, el primero retrocede 38 puntos y Finlandia cae 30 también. En el caso de los españoles esta bajada se queda por debajo del retroceso medio en la OCDE y la UE, aunque los anteriores resultados ya eran peores.

Los alumnos españoles obtienen 473 puntos en Matemáticas, ocho puntos menos que en 2018, cuando consiguió 481. Esa puntuación los coloca en el nivel tres de seis y en la media de la OCDE y de la UE, dado que las dos han retrocedido. Así, nuestro país se sitúa en esta competencia al nivel de Hungría, Francia, Portugal o Italia. Japón que es el país con mejor rendimiento obtiene 536 puntos y mejora sus resultados. Con respecto a 2012, España retrocede 11 puntos frente a los 22 de media. El informe señala que "la primera hipótesis que surge para explicar tal desplome, sobre todo en el Promedio OCDE y en el Total UE, sea la de atribuir a la pandemia de la COVID-19 y a sus efectos derivados el origen del mismo", pero tampoco es el único ya que no encuentra una relación directa.

En Ciencias el alumnado español alcanza los 485 puntos, dos más que en 2018, cuando perdió 13 y obtuvo los peores resultados desde que empezó a participar en PISA en el año 2000. La OCDE y la UE, como en matemáticas, también caen hasta los 485 y 484 puntos, 5 y 6 menos respectivamente. En comprensión lectora España obtiene 474 puntos. En este caso hay que comparar con los resultados de PISA 2015, cuando España obtuvo 496 puntos, por lo que se desploma 22 puntos. La media de la OCDE cae hasta los 476 -10 puntos menos que en 2018- y la UE cae 14 puntos de 489 a 475. En esta edición se vuelve a poner en evidencia que España tiene pocos alumnos excelentes, con solo un 5%, por debajo de la media de la OCDE y de la UE, con 7 y 6 respectivamente. Japón tiene un 16%.

En qué consiste el Informe Pisa

A finales de los años noventa, los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se plantearon concebir unas pruebas que midiesen si los jóvenes de 15 años están preparados para participar en el mundo laboral. La primera edición se presentó en el año 2000 para medir las competencias matemáticas y de lectura, y en 2006 se añadieron las científicas. En esta edición se incluyen más preguntas de matemáticas mientras a partir de 2025 incluirá la evaluación del nivel de inglés. Se repiten cada tres años y los resultados tardan un año en conocerse, dado que se analizan todos los factores por nivel de renta. En esta ocasión, los alumnos se examinaron en la primavera de 2022, con un año de retraso en esta última convocatoria a cuenta del cierre de las escuelas por la pandemia de coronavirus.

La OCDE es la encargada de coordinarse con los países participantes pero cada uno somete al examen a una muestra, que se puede ampliar si hay comunidades que quieren datos propios. Esta edición tiene la mayor representación de la historia y por primera vez se conocen los datos de Palestina, Uzbekistán, Jamaica o Mongolia. Esta vez no participa China, a la cabeza en 2018, por la pandemia. Existen dos tipos de pruebas que desde 2015 se completan por ordenador: unas de conocimiento que miden el rendimiento del estudiante y unos cuestionarios de contexto que deben de contestar los alumnos y los equipos directivos. Por primera vez se incluye el razonamiento matemático.

Cabe destacar que no escala del 0 al 10, sino que se basa en las variaciones que hay entre todos los participantes. La puntuación media de los países de la OCDE se fijó en 500 puntos y se estima que 40 puntos de diferencia en una prueba de PISA equivalen a un curso académico. En 2018, España logró en ciencias 483 puntos -13 puntos menos que en 2013- y en matemáticas 481, cinco menos que en 2015. Es decir, que se situaba medio curso por debajo de la media. Sin embargo, los evaluadores detectaron ese año "anomalías" en las contestaciones de comprensión lectora españolas, por lo que decidieron anular esa parte del examen.

Los resultados son anónimos, por lo que no cuentan para el expediente del alumno ni son una reválida para aprobar ninguna etapa. De hecho, no se quiere conocer los resultados personales, sino extrapolarlos a nivel nacional para analizar el cómputo y el avance. Es por eso que PISA refleja las semejanzas y las variaciones entre los distintos sistemas educativos a nivel global, pero no finaliza con un dictamen. Eso sí, muchos países establecen estándares y objetivos nacionales a la luz de los resultados internacionales, por lo que muchos expertos critican a los gobiernos de acometer tan solo cambios cosméticos y no de profundidad real para salir mejor en esta fotografía o les acusan de extrapolar de forma falsa algunos datos para justificar sus políticas.