Cumplimos una semana de confinamiento y en pocas horas se cumplirá una semana desde que se declarase el Estado de Alarma en todo el país. España se ha paralizado y como consecuencia de ello, las clases universitarias han sido suspendidas, sin embargo, muchos jóvenes, estudiantes, permanecen todavía alojados en las habitaciones de sus Colegios Mayores.

De hecho, el pasado día 10 de marzo, la Junta Directiva de la Asociación de Colegios Mayores de Madrid hizo pública, a través de redes sociales, la decisión de no cerrar las residencias universitarias. Como consecuencia de ello, cientos de estudiantes, nacionales e internacionales, permanecen alojados en los mismos con el consiguiente riesgo de contagio entre ellos y para con los empleados que permanecen en activo. 

Según explica a El Plural Juan Muñoz, Presidente del Consejo de Colegios Mayores de España y a su vez director del Colegio Mayor Chaminade, ubicado en Madrid, en su centro siguen residiendo alrededor de 40 estudiantes de un total de 280. “Tanto Salud Pública de Madrid como la Conferencia de Rectores de las Universidades Madrileñas (CRUMA) decidió no decretar el cierre. Entonces se pensó que se podía enviar a 4.000 estudiantes posibles portadores del virus a sus provincias. En ese sentido todos los colegios mayores - a excepción del colegio mayor Loyola que sí clausuró sus puertas- decidieron quedar abiertos. Sin embargo, es verdad que la gente, poco a poco, decidió volver a sus casas”.

Un goteo constante de jóvenes, posibles portadores del virus, que regresaron a sus respectivas comunidades autónomas. Aunque el Chaminade no cuenten en este momento con ningún caso de coronavirus confirmado entre los residentes que permanecen aislados en su centro, lo cierto es que el propio Colegio confirma a este periódico que muchos alumnos dieron positivo al llegar a sus casas lo que plantea una duda clara. ¿Se está gestionando la situación adecuadamente?

Medidas contra el Covid-19

“En este momento estamos abiertos. Se han cerrado las zonas comunes y la cafetería aunque siguen abiertos los comedores y la gente come guardando la distancia de seguridad. Cada uno de los centros ha ido minimizando el personal para evitar el desplazamiento de los trabajadores. Por ejemplo, en este centro -Chaminade- los empleados acuden en turnos a trabajar en días alternos,  salvo en el servicio de portería. Se han extremado las medidas de limpieza y cada día se desinfectan puertas y picaportes. En algunas salas metemos una máquina de ozono para hacer la desinfección”, explica a El Plural Muñoz.

Sin embargo, como explica el director del centro, “evitar el contacto personal es muy complicado, es casi imposible evitar que los estudiantes tengan contacto físico unos con otros”. Que los jóvenes dejen de saltar de habitación en habitación, compartir cuarto de baño o las reuniones en los pasillos es tarea aparte.

No obstante, teniendo en cuenta que esta situación podría alegarse en el tiempo e, incluso, llegar a invadir el ‘ansiado’ periodo de descanso de Semana Santa. La pregunta es, ¿Y ahora qué?

Lo cierto es que no hay decisiones en firme. De hecho, no existe un consenso  sobre el quehacer de los Colegios Mayores en estas circunstancias. En materia económica, parece que los estudiantes podrán ahorrarse, al menos, el pago del mes de abril. “Depende de cada centro. Hasta donde sé, en general, los recibos que se tienen que enviar en el mes de abril y mayo no se van a pasar. Nosotros desde luego no vamos a cobrar el del mes de abril ”, asegura Muñoz.

Respecto a la movilidad, el tema se complica. Durante el Estado de Alarma, aun vigente, la incertidumbre se apodera de los estudiantes que ya empiezan a estar cansados de estar confinados en un espacio reducido. Lo que quedarse en la habitación del Colegio ya no resulta tan llevadero como pudiera parecer en un inicio. “Si no hay clase en el mes de abril cerraremos. En Semana Santa, desde luego, intentaremos cerrar y la gente se irá volviendo a sus casa poco a poco porque es su domicilio habitual. La gente está volviendo. La mayoría están empadronados en casa de sus padres y el Estado de Alarma permite volver a tu domicilio. Los casos de las personas que no puedan volver se atenderán de forma personalizada, veremos qué hacemos. Se les va a dar una salida. Se cerrará el centro pero se quedarán esos 3, 4 ó 5 alumnos dentro con unos servicios mínimos. Hay que intentar cerrar entre otras cosas para dar vacaciones al personal”, afirma Muñoz. ¿Cómo?

En realidad el artículo 7 del Real Decreto 463/2020 especifica que los traslados serán permitidos para retornar “al lugar de residencia habitual”. Lo que no significa que sea el lugar de empadronamiento. De hecho, en el caso de los estudiantes, que al menos residen durante un periodo de 10 meses en este tipo de centros, éstos podrían ser considerados como su lugar de residencia habitual por lo que los cientos de estudiantes que, entrando en esta segunda semana de cuarentena, se estén planteando regresar a sus comunidades autónomas: ¡Cuidado! Podrían enfrentarse a multas más que justificadas. Además del riesgo para la Salud Pública que conlleva en estos momentos tales desplazamientos.

En este caso, deberán de ser los centros en coordinación con la CRUMA quienes den respuesta a las necesidades de estos jóvenes. Una respuesta que a día de hoy y pese a la posible prolongación del Estado de Alarma, no existe. Quizá sea hora de ponerse las pilas.