A media tarde de la segunda jornada de cónclave, la fumata blanca ha presidido la Capilla Sixtina anunciando la llegada de un nuevo Papa. A la espera de que se comunique el nombre del pontífice, la plaza de San Pedro ya se prepara para saludar al recién nombrado Papa cuando se asome al balcón central acompañado del cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti.

Previo a ello, el pontífice deberá acudir a la conocida como Sala de las Lágrimas para escoger vestimenta. Entre las opciones de atuendo que escogerá el Papa hay tres hábitos largos de color blanco de distinto tamaño en función de la altura del pontífice, cuatro sotanas cortas tipo sobrepelliz, una esclavina de color morado y una estola púrpura con decorado dorado. Además, también hay zapatos de diferentes tallas, fajines, un cordón y una cruz dorada. En ese momento, todos los cardenales demuestran su obediencia al nuevo Pontífice y después cantan el Te Deum. Además, por primera vez, el nuevo Pontífice irá a la Capilla Paulina a rezar unos minutos.

Sin embargo, la elección de cada prenda dependerá del pontífice ya que, en el caso del cardenal alemán Joseph Ratzinger salió al balcón con esclavina y estola, pero el último, Jorge Bergoglio, apareció sin esas piezas y se presentó únicamente de blanco.

La bendición desde San Pedro

Tras haber comunicado el nombre del elegido, la basílica de San Pedro será el escenario donde el Papa saludará a los fieles desplazados. Allí, el protodiácono pronunciará la frase latina Annuntio vobis gaudium magnum; habemus papam (Os anuncio una gran alegría: tenemos papa) y, seguidamente, el nuevo pontífice dará su primera bendición urbi et orbi (a la ciudad -Roma- y al mundo). Esto último, junto al breve discurso que da a los católicos del mundo, responde a una costumbre reciente, cuyo origen se remonta a la elección de Juan Pablo II en 1978.

Expresiones claves del cónclave

Aunque la más esperada, al observarse la fumata blanca, es Habemus Papam que entonará el protodiácono al asomarse con el nuevo pontífice el balcón, a lo largo del cónclave, que ha durado dos días, son varios los términos que se emplean para describir expresiones. Entre ellas, destaca Extra Omnes, que significa "¡Fuera todos!". Se utiliza al inicio del cónclave y es pronunciada por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias al finalizar el juramento del último cardenal elector. Invita a todas las personas no autorizadas a abandonar la Capilla Sixtina, que queda clausurada. 

Entre otras, Veni Creator Spiritus, el himno que se canta en procesión antes del inicio de las votaciones, con el que invocan al Espíritu Santo para guiar la elección. Por su parte, Eligo in Summum Pontificem, "Elijo al Sumo Pontífice", se escribe en la parte superior de cada papeleta que los cardenales introducen en la urna en cada votación. Entre otras, Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem se utiliza como pregunta del cardenal decano al elegido tras obtener la mayoría de dos tercios, o Quo nomine vis vocari? para preguntarle por el nombre con el que quiere ser llamado.

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