Novak Djokovic sigue dando que hablar. Tras su polémica con Australia y convertirse, para muchos, en un referente antivacunas, el serbio compraba hace una semana el 80% de las acciones de la compañía biotecnológica QuantBioRes, una empresa danesa que se encuentra actualmente trabajando en el desarrollo de un tratamiento médico contra el coronavirus.

Ahora sale a la luz que QuantBioRes trabaja con una práctica basada en el electromagnetismo, que muchos expertos comparan con la homeopatía.

Para quien no lo sepa, la homeopatía es un método terapéutico que está basado en la ley de similitud o de los semejantes, mediante la cual se afirma que una sustancia que provoca determinados síntomas en una persona sana es capaz de curar estos mismos síntomas o semejantes en una persona enferma, siempre que dicha sustancia se aplique en pequeñas cantidades.

La empresa anuncia en su página web que tiene la capacidad de “predecir la frecuencia electromagnética” que puede interferir en el comportamiento o la actividad de un virus, en este caso el Covid-19.

Para ello están trabajando, dicen, en pos de “un modelo de reconocimiento resonante único y novedoso” de carácter “biofísico” y que está basado en los hallazgos “de que ciertas frecuencias dentro de la distribución de energías de electrones libres a lo largo de la proteína son críticas para la función biológica de la proteína y la interacción con los receptores de proteínas y otros objetivos”.

Algunos expertos, tal y como cuenta el diario 20minutos, se han alzado en pie de guerra contra este tipo de tratamientos, asegurando que no se ha probado todavía su eficacia.

Djokovic jugará en Dubai

Después de la polémica que concluyó con el número 1 dentro de la pista fuera de Australia y sin la posibilidad de jugar el Roland Garros; el serbio reaparecerá en Dubai para disputar el Dubai Duty Free Tennis Championships, cuyo cuadro principal se disputará del 21 al 26 de febrero.

El tenista ya figura como el primer cabeza de serie masculino y estará en la competición a no ser que pase algo. Sin embargo, ese “algo” no será el hecho de que no esté vacunado, pues las medidas del país son mucho más laxas que las de Australia: basta con presentar una PCR negativa 72 horas antes de volar, otra seis horas antes y una última cuando llegue a la frontera.