Por muy triste que nos parezca el sistema educativo español no es un buen ejemplo de nada. Los distintos cambios en el modelo de educación propiciado por el tradicional cambio de gobierno cada 8 o 10 años, ha dejado un sistema educativo pobre, con poca continuidad y carente de toda filosofía o metodología de trabajo.

Las cifras de fracaso escolar son verdaderamente alarmantes, siendo España líder de la Unión europea en este concepto. Las clases particulares se han convertido en el principal y efectivo recurso para sacar adelante los estudios. De hecho, el sector de las clases particulares ha crecido enormemente en los últimos años, con multitud de plataformas y servicios, facilitando la búsqueda de profesores particulares para clases a domicilio, como en SofiaSquare.

Cada vez más profesionales de diferentes disciplinas son capaces de ayudar a miles de alumnos a mejorar su rendimiento mediante una formación personalizada y a domicilio.

Así todo, el sistema nacional educativo sigue siendo un valor nefasto y carente de futuro. Lanzar la vista a los modelos educativos con más éxito puede ayudar a diferenciar aquellas taras que poseen los modelos devaluados.

Existen dos modelos de educación en el mundo que destacan por el éxito en sus resultados finales: el modelo coreano y el modelo finlandés.

Tradicionalmente Corea del Sur, así como otros países de Asia, ha basado su aprendizaje y educación en la cultura del esfuerzo y el trabajo duro. Corea del Sur se destaca como el más extremo y podría decirse que es el más exitoso. Los coreanos han logrado una hazaña notable: el 100% del país está alfabetizado y se encuentra a la vanguardia de las pruebas comparativas internacionales de logros, incluidas las pruebas de pensamiento crítico y análisis.

Todo este éxito tiene un precio muy alto. Los estudiantes están bajo una gran presión desde edades muy tempranas. El talento no es una opción, la cultura coreana cree en el trabajo duro y en un cuidado procedimiento, donde no hay excusas para el fracaso. Los niños estudian durante todo el año, tanto en la escuela como con tutores.

Cuanto más se estudie mayor capacidad de trabajo e inteligencia se poseerá para alcanzar los objetivos deseados.

El modelo finlandés presenta unas características muy diferentes al modelo coreano. En primer lugar, la motivación personal y las opciones de estudio son muy variadas y flexibles.

Existe un perfecto equilibrio entre el rigor y la flexibilidad. En este país, la escuela o los centros educativos se sitúan en el centro de una comunidad, procurando no solo servicios formativos sino también de tipo social, con la idea de crear una identidad propia que compartan los ciudadanos.

La cultura finlandesa valora la motivación y la búsqueda del interés personal. La jornada escolar es relativamente corta con una rica oferta de actividades extraescolares. Los finlandeses creen que el aprendizaje importante ocurre fuera del aula.

Un tercio de las clases en la escuela secundaria son optativas e incluso pueden elegir qué exámenes de matriculación van a realizar. Se fomenta el bajo estrés y la variedad de experiencias de aprendizaje.

Por último, resaltar que ambos modelos antagónicos de aprendizaje comparten un valor como dogma: un profundo respeto por los docentes y sus logros académicos.