Almudena Grandes ha sido una de las autoras más importantes de nuestro país. Este es un hecho objetivo y también suficiente -al menos, debería- para que absolutamente todas las personas, e independientemente del color político, le reconocieran el enorme legado cultural que ha dejado. 

Sin embargo, parece que España se mantiene rezagada en términos de memoria. O, por lo menos, una parte de ella, pues sería injusto que estas líneas incluyeran a quienes llevan la cultura por bandera, supieron despedir a Almudena y, por siempre, recurrirán a sus libros.

El pasado jueves, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tuvo una reacción que, por otra parte, ya no sorprende a tantos. “Lo que sabemos es que el Gobierno quiere dar nombre de mujer a otras estaciones y ponerles el nombre de una mujer y yo lo que creo es que la Virgen de Atocha ya era mujer", manifestaba la máxima representante de la región cuando supo que la estación de Atocha pasará a llamarse Puerta de Atocha-Almudena Grandes

Ni un homenaje del PP y Vox traspasa los límites

Y es que la derecha ha dado la espalda a la escritora desde su fallecimiento el pasado mes de noviembre, en reiteradas ocasiones. Mientras que el mundo de la cultura y, ¿por qué no decirlo? también buena parte de la política, la despedía, una zona del tablero político se negaba a hacerlo. Ayuso y el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, no propusieron un homenaje, ni mostraron un abismo de muestra de apoyo en redes… Nada.

Más grave fue lo de Vox. El partido ultra se despidió de la autora, sí, pero a su manera y con un mensaje miserable. “Solo te deseamos que descanses en paz. Con odio has vivido y con odio has muerto”, escribía en Twitter al conocer el fallecimiento de la escritora, que nos dejaba a causa de un cáncer a los 61 años de edad.

La lección de Madrid a sus dirigentes

Madrid, siempre a la altura, dio una lección a sus dirigentes. El Wanda Metropolitano, casa futbolística de una persona que siempre mostró su amor por los colores rojiblancos, fue el primer escenario en hacerlo. De esta manera, el público colchonero guardó un minuto de silencio que derivó en aplausos hacia la creadora de Las edades de Lulú o Episodios de una guerra interminable.

Las horas pasaron y el cementerio civil de La Almudena congregó a decenas de personas, ante la ausencia nuevamente de Ayuso, Almeida, la vicealcaldesa Begoña Villacís y, por supuesto, de miembros de Vox. Sí estuvieron, entre otros, el portavoz de Más País, Íñigo Errejón, o la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz

Muchas de las personas que acudieron al acto, en el que también estuvo ElPlural.com, portaron libros de la autora. El entierro dejó imágenes como la de la que fue su pareja, Luis García Montero, besando un libro y depositándolo sobre el féretro de su mujer. Madrid despidió, en definitiva, a Almudena Grandes como Lisboa despidió a Saramago.

 

Hija Predilecta de Madrid

El último debate -antes del cambio de nombre de la estación de Atocha- se situaba en la posibilidad de nombrar a Almudena Grandes Hija Predilecta a título póstumo. Algo que al final ha tenido lugar después de que el PP cediera a cambio de que cuatro ediles del Grupo Mixto respaldara los Presupuestos de Almeida.

Ortega Smith, máximo representante de la ultraderecha en el Ayuntamiento de Madrid, lamentó que este “se sometiera” a la iniciativa, mientras el PSOE celebró que la autora “por fin” recibiera el abrazo de la ciudad. Cabe destacar que en un primer momento PP, Vox y Ciudadanos vetaron la iniciativa, pese a que la autora madrileña pasaría a tener una calle y un homenaje

Así las cosas, entristecen ‘ocurrencias’ como la que esta semana ha tenido Ayuso y la cronología cargada de desprecios que las derechas han tenido hacia una de las escritoras más importantes del país -tanto dentro como fuera de él-, aunque consuela saber que también los hay -más incluso- que han sabido reconocer que deja un gran legado. En definitiva, una de las dos Españas ha de helarte el corazón.