El personal sanitario está harto. Si la población en general ya experimenta el cansancio por una crisis que se dirige hacia los dos años, este hartazgo se ve de una manera más clarividente, lógicamente, en los médicos y enfermeras. Todos ellos lamentan que los aplausos de la primera ola se hayan disipado en esta sexta -si no antes- y se hayan convertido en algunos casos en quejas hacia un sector que, además de vocacional, sigue dejándoselo todo porque la vida de los demás transcurra con la mayor normalidad posible.

Existe un dato desolador, que muestra la cara de la que ha pasado a conocerse como la “otra pandemia” o "pandemia silenciosa" y que tiene que ver con la salud mental. Si el crecimiento de personas que acuden a terapia ha aumentado en este tiempo, los médicos no son una excepción

Según los datos facilitados por la asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), el 25% de estos se han planteado dejar la profesión. Colgar, en este caso la bata, si se apela al símil futbolístico; debido al cansancio que experimentan, derivado en gran parte de las condiciones laborales.

Estas cifras sirven a nivel nacional y en la Comunidad de Madrid, donde el porcentaje se incrementa un poco, aunque apenas varía. Una macroencuesta elaborada por SATSE y facilitada por el mismo sindicato a ElPlural.com sitúa que, de 11.645 enfermeros y enfermeras consultados, un 43,60% tendría el mismo sentimiento en estos momentos. Además de ello, aproximadamente 4.000 sanitarios (de medicina y enfermería) acuden cada mes al psicólogo facilitado por la Consejería de Sanidad madrileña. 

Condiciones muy por debajo de la media europea

Desde ElPlural.com hablamos con Ángel Luis Rodríguez, responsable de salud mental de AMYTS, que nos explica el porqué de estos números tan sorprendentes, o quizá ya no tanto.

“La situación les ha sobrepasado porque ya previamente a la pandemia las condiciones laborales que tenemos los médicos eran bastante malas: mucha precariedad, muchos interinos, mucho esfuerzo para llegar a un lugar donde los sueldos están muy por debajo de los países de nuestro entorno…”, comienza exponiendo.

En datos reales, España es el segundo país con los sueldos más bajos en cuanto a médicos se refiere: “Son muchos menores que en Italia, en Francia, en Portugal…”.

Pero no es una cuestión meramente salarial, sino que el problema trasciende mucho más allá. Nuestro experto habla de las dificultades que sufren los sanitarios, más ahora, para la “conciliación familiar”, que se ven obligados a hacer guardias “de 24 horas” sin “expectativa de trabajo” y un largo etcétera.  

“Es decir, se cobraba a muy poquito la hora porque en teoría estabas descansando y solamente se trabajaba de manera puntual, cuando venía algo urgente, pero ahora las guardias se han convertido en trabajar a destajo 24 horas y cuando terminas volver a seguir trabajando a la mañana siguiente”, denuncia Rodríguez.

Una queja, aunque en distinta forma, a la que se suma el personal de enfermería, en cuanto a horas extra se refiere. "Lo normal es que si lo hacen sean cantidades muy pequeñas o se paguen en días libres. Hasta ahora se pagaban 7€ por hora de exceso de trabajo en Atención Primaria. Tras mucho presionar conseguimos que se doblara este cifra pero sigue siendo claramente insuficiente", nos explican en SATSE, desde donde añaden que ante la situación de los últimos dos años "las distintas administraciones sanitarias han optado por redoblar la presión a los profesionales en activo, impidiendo, incluso, que pudieran acogerse a derechos laborales, como permisos, vacaciones o días libres, en lugar de reforzar las plantillas existentes".

3.500 personas piden irse fuera

Es muy sencillo hablar a la ligera de que faltan médicos, pero no es tan fácil incorporarlos. La formación de medicina es una de las más largas y complejas de nuestro país, ya que no puede ejercerse sin el MIR y sin los cuatro o cinco años siguientes de especialización.

Por lo tanto, la solución para evitar paulatinamente o, al menos, lidiar con el colapso, pasa -más allá de cuidar a los trabajadores actuales- por contratar a personas ya jubiladas -aunque previamente hayan despedido a otras tantas- o extracomunitarias. Esto último, nos cuenta el responsable de salud mental del sindicato, no siempre es, si siquiera, fiable.

“No tengo nada en contra de los médicos extracomunitarios, pero es que algunos no sabemos qué formación tienen. O viene de países corruptos. Yo sé de gente que ha pagado 6.000 euros por un título de medicina a un funcionario corrupto y la ejercen aquí”, lamenta.

En la misma línea la vicesecretaria de AMYTS, Ángela Rodríguez, asegura que unas 3.500 personas piden irse fuera, y afea que España tiene uno de los mejores sistemas de preparación para después dejar escapar a los sanitarios: “No sabemos exactamente cuántos, porque ni el Ministerio ni las Autonomías nos han facilitado el informe, pero ronda esa cantidad”.

Nulo control de pacientes y demasiada temporalidad

Ella mismo maneja datos concretos de la  Comunidad de Madrid, y haciendo hincapié en la Atención Primaria, la representante sindical asegura que se están superando “las cien consultas por día” y que no hay “ningún tipo de control sobre el número de pacientes”.

Hernández sitúa en un 50% la temporalidad sanitaria. Esto se traduce en que la mitad de los profesionales, aunque lleven muchos de ellos bastantes años ejerciendo, tienen contratos eventuales. “Y con la nueva ley se les viene un proceso muy complicado para quedarse fijos, tanto los médicos como los facultativos”.

Estos datos no hacen más que evidenciar el grito de auxilio de nuestros sanitarios. Que los aplausos ayudan, pero no bastan. Que los reconocimientos sirven, pero no son suficientes; y que se debe apoyar con hechos, además de con palabras lo que tanto tiempo ha llevado formar, y forjar.