Cuando la pandemia está cerca de cumplir dos años, los sanitarios, especialmente en la Atención Primaria, están exhaustos, al límite de sus fuerzas y con una falta de recursos humanos y materiales preocupante. A pesar del escenario actual de contagios excesivamente elevados por ómicron, los expertos avisan de que la luz empieza a dislumbrarse al final del túnel.

Las características de la variante sudafricana han ayudado a plantear un nuevo paradigma para afrontar la Covid-19 a nivel internacional. En lo que concierne a España, y tirando de historia nacional gracias a las campañas de vacunación contra la gripe durante décadas, ya se está trabajando en una nueva estrategia en la que el virus empiece a abordarse, más que como una pandemia, como una endemia. Así lo anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevista reciente en la Cadena Ser, avanzando que hay que responder al virus "con nuevos instrumentos".

No obstante, el plan del Ejecutivo podría arrancar próximamente sin mayores dificultades de no ser por el estado actual de la estructura sanitaria del país. Este giro se traduce en el sistema centinela contra la covid-19, el cual se caracteriza por formar una red de médicos que vigilen los casos nuevos como infecciones de un virus respiratorio más -lo que no supone un cambio de tratamiento de la enfermedad-, lo que supondrá una reorganización territorial entre las CCAA para el seguimiento de los mismos. Para ello, la llave principal que moverá los engranajes es imprescindible: el personal sanitario.

Agotados, exhaustos, sin fuerzas

La primera onda pandémica no se parecía a la segunda, ni la segunda a la tercera, y viceversa; una montaña rusa en la que las cifras de hospitalizaciones, defunciones e infecciones subía y bajaba a merced del virus. Con el condicionante de la altísima cobertura vacunal de España, con más del 90% de la población con la pauta completa, la variante ómicron ha hecho que se descubra un nuevo horizonte por el que asoma un rayo de esperanza. 

En cambio, si se tira de hemeroteca, desde marzo de 2020, las imágenes que se pueden ver de los trabajadores sanitarios no dejan más que sensación de agotamiento al no poder derribar del todo a la enfermedad, una situación que parecía que se doblegaba por momentos, aunque solo eran espejismos. A la presión que ya ejercía la covid-19, en invierno se suma la campaña de la gripe, un virus estacional ya controlado pero que suele tensionar el día a día en los hospitales.

"A los sanitarios se nos trata como material desechable de hospital. Se nos contrata y descontrata como si hubiera periodos de salud y de enfermedad, no se valora el factor humano. Nos ha pasado un tsunami por encima y hay un destrozo en el sistema sanitario", así resumía Víctor Aparicio, enfermero de UCI en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, su segundo año al frente de la lucha contra el virus en una entrevista a este medio.

Con este escenario de fondo, Jesús Jordán, responsable de Empleo y Políticas Públicas de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO (FSS-CCOO), aseguraba a ElPlural.com que "será necesario un fortalecimiento de los recursos humanos en los hospitales, que deben ser capaces de soportar los picos de incidencia que seguro van a traer los periodos covid, aunque se pueda convertir en una situación de gripe normalizada”, aunque opina que el planteamiento del Gobierno de gripalizar la pandemia es aún prematuro.

Fortalecimiento de la Atención Primaria, el punto prioritario frente a nuevas pandemias

La Atención Primaria es la principal afectada, la que primero ha recibido los golpes del virus, tanto en los primeros momentos como en las olas consecutivas. “Si deseamos prepararnos para nuevas epidemias, que vendrán, será prioritario el fortalecimiento de la AP, con un incremento de su financiación, esto supone una inversión aproximada del 25% del total del gasto en sanidad, actualmente la media de las CCAA es del 14,8%. Esto permitiría ampliar y mejorar la situación de sus profesionales, y contar con unas infraestructuras accesibles y dignas para poder atender a la ciudadanía”, explica Luis López, delegado general del sindicato MATS, en conversaciones con este medio.

Desde la Asociación Madrileña de Enfermería (AME), coinciden con el refuerzo urgente de la Atención Primaria, pero matizan que hay otros aspectos que han quedado relegados a un segundo plano: “Hay muchos programas de prevención y control de los crónicos que han quedado abandonados por la pandemia. Los centros de salud se han tenido que volcar con el coronavirus, no se han reforzado con profesionales y muchas cuestiones han quedado olvidadas”, aseguraban a ElPlural.com.

Asimismo, y como prevención ante posibles y próximos nuevas pandemias mundiales, desde MATS no censan en insistir en este refuerzo tan esencial: “Hay que invertir en Atención Primaria, Salud Pública y preparar una industria propia de insumos, fármacos esenciales y vacunas”, propone López.

En consecuencia, todo este cúmulo de factores precarios y cansancio colectivo ha generado una marea blanca de movilizaciones de sanitarios a lo largo y ancho del país. Sin dejar de luchar por sus derechos y una mejora necesaria de sus condiciones laborales, en el caso de la Comunidad de Madrid, el sindicato de médicos AMYTS ha dejado una última carta sobre la mesa: o el Gobierno regional se abre a una negociación urgente o convocarán una nueva huelga.