El tren de los reyes y el rey de los trenes, según se lo definió. Sus míticos vagones azules y dorados, su cálida decoración, sus moquetas y sus bronces han sido, seguramente, los más famosos de la historia del ferrocarril, e inspiraron a Agatha Christie o Valéry Larbaud, y sedujeron a los aristócratas europeos entre los años 1880 y 1940, época de los congresos internacionales y las fiestas en palacios. Kenneth Branagh ha querido recuperar el mítico Asesinato en el Orient Express que publicó Christie en 1934, inspirándose no solo en el secuestro del hijo de Charles Lindbergh en 1932, sino también en los propios viajes de la escritora en este tren, en el que intuyó que podía ser un gran escenario de ficción.

Más próximo a la novela, pero con ideas propias

Porque, aunque Sidney Lumet creó también su versión de la historia en 1974, poniendo el foco en la fragilidad de la justicia,  Branagh ha querido alejarse del referente cinematográfico y mantenerse más cerca del literario, aunque incorporando, con ayuda del guion de Michael Green, grandes novedades de su cosecha, en una súper producción orientada a un público más abierto que el habitual de éstas. Entre las novedades, la imagen no es sobria sino que tiene movimiento, color, energía. Y los interrogatorios que estructuran las obras previas de Christie y Lumet se agilizan en un montaje más rápido, más preocupado por el impacto visual que por la literalidad de la trama. Aunque sí hay una clara herencia del libro en este Asesinato en el Orient Express del director de Hamlet o La huella, y es el protagonismo que se le concede al personaje de Hercule Poirot (Branagh) como motor de la trama.

Pensar en el bien y el mal actuales

Además, de la idea de una maldad intrínseca en la Humanidad, que en la novela tiene relación con la situación en Europa a mediados de los años treinta, se puede hacer hoy una lectura vinculada a nuestra realidad sobre la duda y la pérdida de fe en la justicia, y sobre el bien y el mal. Es más, Poirot, a lo largo de la película, aparece representado como un hombre perfeccionista hasta el extremo, obsesionado por la rectitud, por la simetría, que sin embargo acaba reconsiderándose a sí mismo. https://www.youtube.com/watch?v=Mq4m3yAoW8E