Cada año en España miles de personas mayores de 65 años se fracturan la cadera y en la mayor parte de los casos la osteoporosis es la causa.

Esta enfermedad se caracteriza por la disminución de la densidad de la masa ósea, que hace el hueso se haga más frágil y pueda llegar romperse sin que haya un impacto o un golpe previo.

Es más común en mujeres, especialmente a partir de la menopausia, cuyos cambios hormonales aceleran la pérdida de hueso.

Dado que es una patología indolora y asintomática, detectarla de forma precoz es difícil. Pero sí hay consejos que se pueden seguir para prevenir y retrasar su aparición.

“Algunas de las principales causas vinculadas a la osteoporosis, como la edad o el género, no pueden modificarse, pero sí hay conductas y hábitos que están en nuestra mano y que pueden retrasar su aparición y evitar su desarrollo” , explica la Dra. Almudena Román, especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid.

En este sentido, subraya la necesidad de llevar una vida sana, eliminando los tóxicos como el tabaco o el alcohol.

“Se sabe que los fumadores tienen más riesgo de desarrollar osteoporosis”, recalca esta reumatóloga.

Otras de las claves reside en mantener una alimentación equilibrada, “al estilo de la dieta mediterránea”.

Se recomienda ingerir un gramo diario de calcio, sin embargo, no tiene por qué ser a través de la leche y sus derivados, como la mayor parte de la población cree.

“Hay muchos otros alimentos que tienen un gran aporte de calcio y pueden proporcionarnos la cantidad necesaria para una correcta salud de nuestros huesos”, apunta la Dra. Román, que cita, entre otros, las espinacas, el brócoli, las acelgas, los garbanzos, el pescado o frutos secos como las almendras y las nueces.

Del mismo modo, es importante cuidar los niveles de vitamina D con una exposición solar adecuada. “Diez minutos de paseo diario son suficientes para alcanzar unos niveles óptimos de esta vitamina”, precisa esta especialista.

Por último, para prevenir la osteoporosis es importante llevar una vida activa y hacer ejercicio con regularidad. “No hace falta que sea un ejercicio intenso ni es necesario ir al gimnasio”, apunta, añadiendo que una de las actividades más beneficiosas para la generación de hueso es algo tan sencillo como caminar. “El hueso está vivo; se forma y se destruye constantemente, y caminar es el principal estímulo para su formación”, aclara.

Diagnosticar a tiempo

Diagnosticar la osteoporosis antes de que se produzca una fractura no es fácil.

“Lo ideal sería poder identificar qué paciente tiene riesgo e intentar que no se desarrolle”, apunta la Dra. Román.

Dado que hay fármacos que pueden favorecer la enfermedad, es importante en estos casos estar vigilantes.

“Ahora los médicos están muy concienciados y cuando hay algún paciente de riesgo en Atención Primaria nos lo derivan para que le hagamos una evaluación completa”, advierte.

Del mismo modo, se recomienda hacer un estudio completo al paciente que haya tenido una caída con fractura y sea susceptible de tener este problema.

Hay factores factores potencialmente asociados a la enfermedad como la edad, el estado hormonal, los hábitos tóxicos, el tipo de vida (activa o sedentaria), la ingesta de calcio diaria, el consumo de fármacos o las enfermedades asociadas.

En lo que respecta a las pruebas diagnósticas, son básicas estas tres:

Analítica: A través de esta se pueden conocer los valores de calcio, fósforo, magnesio u hormonas que indiquen cómo está el hueso.

Densitometría: Permite calcular la cantidad de hueso del paciente. Los resultados suelen contemplar una puntuación T. Cuando esta es de -1.0 o más alta significa que la densidad ósea es normal; entre -1.0 y -2.5 se considera osteopenia (densidad baja); y -2.5 o menos significa que probablemente hay osteoporosis.

Radiología: Sirve para identificar fracturas que pueden pasar desapercibidas, especialmente en la espalda.

“Estas tres pruebas y la anamnesis del paciente permiten hacer un diagnóstico completo, determinar su riesgo y establecer si es candidato a tratamiento”, resume la Dra. Román.

Fármacos específicos

A día de hoy hay fármacos que permiten frenar la pérdida de masa ósea e, incluso, ganarla.

“Disponemos de tratamientos que se encargan de detener la destrucción del hueso y de otros que se ocupan de su formación”, aclara esta especialista, que subraya que en estos casos es necesario “un seguimiento periódico y mantenido en el tiempo”.

Dependiendo del perfil del paciente y del tipo de fractura se pueden combinar, de manera segura y eficaz, unos y otros. El objetivo, “tener un hueso de mejor calidad y disminuir así la aparición de nuevas fracturas”, concluye.