Una fortificación de ensueño. De esta forma podría definirse el Castillo de Balmoral, la residencia estival donde ha fallecido a los 96 años este jueves la reina Isabel II tras complicarse su estado de salud. Así lo ha comunicado durante la tarde de este 8 de septiembre el Palacio de Buckingham a través de un comunicado. Elisabeth ha pasado sus últimos momentos en Balmoral, uno de sus lugares favoritos en el mundo, tal y como aseguran fuentes cercanas.

Y es que se trata de un castillo situado en Aberdeenshire, Escocia, que ha sido utilizado tradicionalmente por la familia real británica para veranear. De hecho, Isabel II lleva pasando las temporadas de verano junto a sus padres y su hermana Margarita desde que era una niña debido a que se trata de una propiedad familiar.

De Victoria I a Isabel II

El alcázar, que comenzó a construirse en 1390, perteneció al rey Roberto II de Escocia, quien tenía un cortijo de caza en la zona. Tras él, pasó a manos de diferentes marqueses y familias, hasta que en 1848 fue alquilado por la reina Victoria I, tatarabuela de la actual monarca. Más tarde, en 1852, lo adquirió definitivamente el príncipe Alberto, marido de la reina Victoria, junto a toda su finca.

Desde entonces pertenece a los Windsor y todos los años era típico que Isabel II pasara sus veranos de niña. Hasta el momento, la monarca ha recibido las visitas de todos sus hijos, nietos y bisnietos cada temporada estival ya que, junto al duque de Edimburgo, lo han utilizado como residencia privada del 31 de julio hasta principios de septiembre, plazo en la que se cierra al público.

20.000 hectáreas

La residencia, que está actualmente activa, ocupa una superficie total de 20.000 hectáreas de terreno. Del total, más de 18.600 están repartidas en los territorios de Balmoral, Glen Doll y Birkhall, 2.940 en Corgarff y 4.688 hectáreas se han dedicado a derechos utilizados para diversas dotaciones e instituciones en los alrededores.

Asimismo, 300 hectáreas de la propiedad están conformadas por bosques y 222 son cultivadas y explotadas para la cría de más de un centenar de bovinos serranos, una raza de ganado autóctona y típica de este lugar. En ella trabajan cerca de 200 habitantes de la zona: cerca de 50 personas están empleadas a tiempo completo, mientras que cerca de 100 personas son contratadas a tiempo parcial para mantener el sector agrícola de la finca en particular.

El Castillo de Balmoral es también el principal atractivo turístico y motor económico de la zona. Unos 85.000 visitantes se acercan cada año hasta allí para recorrer tanto la residencia como sus jardines principales. Sin embargo, también lo es para el turismo, ya que en 1974 se inauguró un área protegida alrededor de Loch Muick y Lochnagar como reserva natural, para presentar a los turistas la belleza de la zona.