La reina de Inglaterra, Isabel II, fue coronada en 1953 y tan solo un año después organizó una visita oficial a Gibraltar, un hecho que supuso una humillación y una ofensa al régimen franquista. Corría el año 1954 en España. El nacionalcatoliscimo español vivía un álgido momento y su vocación ultranacionalista hacía que el peñón fuera una reclamación patriótica de los jerifaltes del régimen. Mientras el pueblo vivía una oscura represión, Franco vivía de ensoñaciones de tiempos otrora gloriosos. 

Ante el anuncio a finales de enero de aquel año 1954, el embajador de España en Londres, Miguel Primo de Rivera, protestó de forma enérgica ante las islas: "Esta visita puede causar un daño importante a las relaciones entre los dos países, dándose el agravante de que en el viaje de la soberana se han excluido lugares como Chipre y Guayana, por existir en ellos estados de opinión contrarios a la presencia británica", señaló el hermano del fundador de La Falange. 

La nota fue enviada a Anthony Eden, secretario del Foreign Office, quien ninguneó al franquismo. De hecho, exclamó en la Cámara de los Comunes que España nunca conseguiría nada respecto a Gibraltar, al igual que en los tres intentos de reconquista previos que hubo. Isabel II hizo caso omiso a Franco y el 10 de mayo de 1954 se presentó en Gibraltar junto al duque Felipe de Edimburgo y sus hijos Carlos y Ana. Llegó a bordo del Britannia y escoltada por las naves de guerra Chequers, Saintes y Barfleur. Tras finalizar su periplo, la reina quiso "comunicar a todos cuantos viven en la Fortaleza y Colonia de Gibraltar el caluroso y sincero agradecimiento de mi esposo y mío por la maravillosa bienvenida que siempre recordaremos".

Mientas tanto, un Franco humillado expresó que el Peñón no merecía una guerra ya que "caería como una fruta madura". Casi 70 años después, los llanitos viven en vilo por el estado de salud de su reina.

Problemas de salud de Isabel II

La reina de Inglaterra, Isabel II, de 96 años, se encuentra bajo supervisión médica por su estado de salud actual. Los médicos del castillo de Balmoral, en Escocia se muestran "preocupados" por la evolución de los problemas médicos de la monarca, según un comunicado publicado por el Palacio de Buckingham.

"Tras una nueva evaluación esta mañana, los médicos de la reina están preocupados por la salud de Su Majestad y han recomendado que permanezca bajo supervisión médica. La reina sigue cómoda y en Balmoral", señala el escueto comunicado.