La operación Puente de Londres es la que está contemplada y minuciosamente cuidada para el fallecimiento de Isabel II. De esta manera, cuando a la primera ministra británica, Liz Truss, le comunicaron que el puente de Londres había caído (London Bridge is down) supo que Su Majestad había fallecido.

El protocolo es complejo y culmina con el entierro y el funeral de la soberana británica. Cada uno de los días y los movimientos están históricamente estudiados, tal y como ha explicado ya ElPlural.com. Sin embargo, hay otro protocolo menos conocido, pero relevante en este caso: la Operación Unicornio.

Con este nombre se hace alusión a los pasos previos a seguir hasta que el féretro llega a la metrópoli inglesa y ante la posibilidad de que la reina muriera en Escocia, como finalmente ha ocurrido.

Operación Unicornio: en qué consiste

La Operación Unicornio es, al igual que la Operación Puente de Londres, una operación secreta diseñada, en esta ocasión por si la reina fallece en el otro territorio. En este caso ha sucedido así. En concreto, la monarca ha muerto en el castillo de Balmoral de Escocia. 

Los pasos a seguir tras la muerte de Isabel II son los siguientes. En el momento de la noticia, y una vez se comunica esta al palacio de Buckingham, se suspenden de inmediato las sesiones parlamentarias en Westminster, el Parlamento escocés, el Senedd de Gales y la Asamblea de Irlanda del Norte para prepara el funeral de Estado.

Después, el féretro de Su Majestad es trasladado desde Aberdeen al Palacio de Holyrood, la sede del Parlamento en Edimburgo. Una vez en el lugar, se celebra una misa solemne en la catedral de Saint Giles. Allí, líderes políticos y ciudadanos de Escocia pueden acudir para mostrar sus respetos y condolencias.

El último paso de la Operación Unicornio pasa por el desplazamiento del féretro hasta la capital inglesa en el conocido como Royal Train. Cuando el ataúd llega allí se da por concluido este protocolo y se inicia la Operación Puente de Londres.