Con la llegada de la primavera, vuelve una práctica que llevamos décadas repitiendo: el cambio al horario de verano. Pero este año no es uno más. 2025 podría ser la última vez que adelantemos el reloj en Europa. Aunque aún no hay nada definitivo, la maquinaria política lleva tiempo en marcha y la eliminación del cambio horario está más cerca que nunca.

¿Cuándo se cambia la hora en 2025?

El horario de verano comenzará en España en la madrugada del sábado 29 al domingo 30 de marzo. A las 02:00, los relojes se adelantarán una hora para marcar las 03:00 (hora peninsular). Eso significa que perderemos una hora de sueño, pero también que disfrutaremos de tardes más largas. Este horario se mantendrá hasta el último domingo de octubre, cuando llegará el cambio al horario de invierno.

Una decisión europea... pendiente de ejecutarse

En 2018, la Comisión Europea lanzó una consulta pública y el 84% de los participantes se mostraron a favor de eliminar el cambio horario. Un año después, el Parlamento Europeo aprobó una directiva para acabar con esta práctica a partir de 2025. Eso sí, dejó en manos de cada país miembro la decisión de mantener el horario de invierno o el de verano de forma permanente.

España, como miembro de la Unión Europea, está obligada a aplicar la directiva, pero aún no ha decidido qué horario adoptará. El Gobierno deberá valorar varios factores, por ejemplo cómo afecta a la salud pública, el impacto económico o la coordinación con otros países antes de tomar una postura definitiva.

¿Verano o invierno? El debate que España aún no ha resuelto

Uno de los grandes dilemas es qué horario mantener de forma permanente cuando desaparezca el cambio bianual. El horario de verano proporciona tardes más luminosas, algo que beneficia a sectores como el turismo, la hostelería o el comercio. Por el contrario, el horario de invierno ofrece más luz por la mañana, lo que podría ser más saludable y favorecer el rendimiento escolar.

Varios expertos apuntan que el horario de invierno se ajusta mejor al huso horario natural de España, alineado con el meridiano de Greenwich. Mantener el horario de verano de forma indefinida podría retrasar demasiado la salida del sol en los meses fríos, lo que tendría consecuencias sobre el bienestar y la salud pública.

¿Qué hacen otros países?

Mientras Europa debate, cada vez más países en el mundo optan por eliminar el cambio de hora y establecer un horario fijo. En Europa y Asia Central, Rusia, Bielorrusia, Islandia o Turquía ya abandonaron esta práctica. Islandia, por ejemplo, no cambia la hora desde 1967, y Turquía lo hizo en 2016 para aprovechar mejor la luz natural.

En América del Norte, México eliminó el horario de verano en 2022, mientras que Estados Unidos y Canadá lo mantienen, aunque con excepciones como Hawái, Arizona, Saskatchewan o Yukón, donde hay horario fijo. En América Latina, países como Brasil, Argentina o Colombia también dejaron de cambiar la hora, al comprobar que el impacto en el consumo energético era mínimo.

En Asia y Medio Oriente, naciones como China, Japón, India o Tailandia han mantenido durante décadas un horario constante. En África, el cambio de hora es muy poco común y la mayoría de los países conservan un horario estable. Solo Egipto ha retomado el horario de verano recientemente, en 2023, con el objetivo de reducir el consumo energético.

Esta tendencia mundial refleja una preferencia creciente por la estabilidad horaria y por reducir los efectos negativos sobre la salud y la productividad.

¿Por qué empezamos a cambiar la hora?

El objetivo del cambio horario ha sido siempre aprovechar mejor la luz natural y reducir el consumo energético. Sin embargo, en los últimos años, su eficacia ha sido ampliamente cuestionada. El aumento del uso de calefacción por las mañanas frías o del aire acondicionado en las tardes cálidas puede anular el supuesto ahorro.

Impacto en la economía: luces y sombras

El ajuste horario también afecta a la actividad económica. Sectores como la hostelería y el comercio pueden beneficiarse de jornadas con más luz, mientras que otros ven alterados sus ritmos de producción o sus costes energéticos. No hay una visión unánime sobre si el cambio horario ayuda o perjudica a la economía.

Lo que no se ve: cómo una hora de diferencia afecta al cuerpo

Más allá del reloj, el cambio horario impacta directamente en el organismo. Según la Sociedad Española del Sueño, alterar la hora puede afectar a los ritmos circadianos, provocar insomnio, fatiga, dificultad para concentrarse e incluso alteraciones del estado de ánimo. En los días posteriores, muchas personas experimentan una especie de "jet lag" interno que puede tardar en desaparecer.

¿Cómo cambiará nuestra vida si se elimina el cambio de hora?

El fin del cambio de hora supondría ajustar nuestros hábitos de forma definitiva. Ya no tendríamos que adaptar el cuerpo dos veces al año, lo que podría reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño en muchas personas.

No obstante, esta transición podría traer cierta confusión inicial, sobre todo si los países vecinos optan por horarios distintos. También tendría implicaciones para el transporte, las telecomunicaciones o la programación internacional, que dependen de horarios coordinados.

Desde el punto de vista ambiental, mantener un horario fijo no tendrá un impacto directo en las emisiones de carbono, pero podría fomentar un uso más eficiente de la luz natural si se combina con otras mejores prácticas energéticas.

Consejos para adaptarse mejor, por si no es la última vez

  • Ajusta tu horario de sueño: Acuéstate y levántate un poco antes en los días previos al cambio.
  • Exponte a la luz natural: Sal a la calle por la mañana para ayudar a tu cuerpo a adaptarse.
  • Evita pantallas y cafeína antes de dormir: Ambas interfieren con la producción de melatonina, la hormona del sueño.
  • Haz ejercicio suave: La actividad física regular favorece el descanso nocturno.
  • Cena ligero: Una digestión pesada puede dificultar el sueño justo cuando más necesitas descansar.

¿Y si no se decide nada este año?

El Boletín Oficial del Estado solo recoge cambios de hora hasta 2026. Si España y el resto de países no toman una decisión definitiva, seguiremos cambiando la hora al menos un par de años más. Pero si todo avanza como lo previsto por el Parlamento Europeo, esta primavera podría marcar el fin de una rutina que ha acompañado a varias generaciones.

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