Este lunes, la Consejería de Medio Rural y Política Agraria tomó la difícil decisión de aplicar la eutanasia a un oso macho adulto que había sido rescatado en la localidad de Aguino, en Somiedo. Los resultados de las pruebas veterinarias mostraron que el animal sufría de graves daños en la médula espinal y múltiples fracturas en las vértebras lumbares, lo que le causaba paraplejia e incontinencia urinaria.

Para determinar la gravedad de las lesiones, se realizaron diversas pruebas diagnósticas, incluyendo radiografías de columna vertebral y una mielografía de contraste. Estos exámenes confirmaron la presencia de fracturas en las vértebras lumbares y severos daños en la médula espinal. Estas lesiones eran las responsables de la incapacidad motora del oso en sus extremidades posteriores.

El equipo de veterinarios involucrados en el caso incluyó a Ramón Balsera y Luis Miguel Álvarez del Servicio de Vida Silvestre, y Álvaro Oleaga y Daniel Fernández del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Sobrescobio. Además, contaron con la colaboración de especialistas externos como Manena Fayos y Javier Ruiz, quienes apoyaron en el diagnóstico y manejo del caso.

Decisión final: Eutanasia para el oso parapléjico en Asturias

Los expertos, tras un análisis detallado y un criterio compartido, concluyeron que la paraplejia del oso era irreversible y que su estado no era compatible con un nivel de bienestar aceptable para un animal silvestre. Ante esta situación, y con el objetivo de evitar un sufrimiento prolongado e innecesario, se optó por la eutanasia compasiva.

Después de llevar a cabo la eutanasia, el cuerpo del oso fue trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Sobrescobio. Allí se realizará una necropsia urgente, con la participación de funcionarios y asesores externos. Este examen post-mortem es crucial para entender mejor las causas de las lesiones que padecía el animal y podría proporcionar información valiosa para la protección y manejo de la fauna silvestre en la región.

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