Desde terrores nocturnos y pesadillas hasta alteraciones del comportamiento. Estas son algunas de las secuelas que puede dejar en los niños una intervención quirúrgica.

Por ello, el Hospital General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, desde hace aproximadamente seis meses permite a los padres estar junto a los niños durante el proceso de inducción de la anestesia.

De este modo se evita uno de los momentos más tensos emocionalmente, explica a ELPLURAL.COM el doctor José Luis Gracia Martínez, Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación de este centro. “No podemos ignorar que un desconocido está cogiendo al niño de los brazos de su padre y los está llevando a un sitio que no conoce con gente a la que no ha visto nunca”. Esto puede tener consecuencias y, aunque no es lo habitual, se han llegado a dar “casos de síndrome de estrés postraumático”.

Permitir que los pequeños accedan al quirófano acompañados tiene importantes ventajas. “Hay estudios que demuestran que disminuye la incidencia de problemas”, subraya este especialista. “Prueban, incluso, que se reducen las posibilidades de que se produzca delirio infantil postoperatorio, una condición quirúrgica que implica que los niños salen del quirófano como hipnotizados, agresivos, y sin saber dónde están”. Pero aún hay más, porque esta medida contribuye también a “reducir el dolor postoperatorio”. “No podemos olvidar que el dolor, además de la parte objetiva, tiene una muy importante que es subjetiva”, aclara este médico.

La medida, además, no tiene efectos secundarios ni riesgos. Ahora bien, es importante informar correctamente a los progenitores, a los que se hace firmar un consentimiento informado.

La medida, además, no tiene efectos secundarios ni riesgos. Ahora bien, es importante informar correctamente a los progenitores, a los que se hace firmar un consentimiento informado.

Con el paso del tiempo se ha minimizado el índice de complicaciones”, afirma el doctor Gracia, pero, aun así, siempre puede haberlas”. Esto explica el porqué este tipo de medidas ha tardado en implementarse.

Los trabajadores del quirófano somos muy celosos de nuestro entorno. A veces tenemos que hacer maniobras que no podría entender el familiar. En niños, por ejemplo, es más frecuente que, cuando están en contacto con un agente externo, y el gas anestésico lo es, se pueda cerrar su vía aérea. Puede tener un ahogamiento, lo que para un padre puede suponer un shock”.

Hasta que comienza a dormirse

Lo habitual es que, aprovechando que la inducción anestésica pediátrica suele realizarse con gas "el padre o la madre coloquen la mascarilla facial hasta el momento en el que el niño comienza a dormirse”, relata el jefe de Anestesiología del Hospital General de Villalba.

En ese momento, el progenitor es acompañado al exterior del quirófano, al área de espera, donde permanece hasta que finaliza la intervención. No obstante, se puede interrumpir el acompañamiento en cualquier momento si los profesionales sanitarios lo creen necesario.

Después, se les permite a los padres también estar con el niño durante su recuperación en Reanimación o bien, si la operación se prevé de muy corta duración, en el box donde se desarrolle el postoperatorio.

Siempre voluntario

Desde que se puso en marcha esta iniciativa, más de cien pequeños han vivido de esta otra manera la experiencia de pasar por un quirófano. Sin embargo, conviene dejar claro que se trata de “algo voluntario”, destaca el doctor Gracia. “Se les ofrece la posibilidad, pero se respeta que haya padres que prefieran no hacerlo”, si bien es cierto que la mayoría de las familias dice sí y se muestran durante todo el proceso “comprensivos y respetuosos”.

Por el momento, este protocolo está establecido solo en Cirugía Pediátrica, pero “hay otros servicios en se que opera a niños, como traumatología y, sobre todo, otorrinolaringología”, apunta este especialista, que nos avanza que “antes de que acabe el año empezaremos con otras especialidades”.

Humanizando la asistencia

La iniciativa del acompañamiento de los niños al quirófano se enmarca dentro del Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria impulsado por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Cada vez son más los pasos que se dan en este sentido, cuya la clave será alcanzar el equilibrio. “Los familiares nos piden acompañar y ser partícipes de todo lo que ocurre con el paciente a todas las edades. Esto es muy importante, pero también el profesional debe tener su autonomía, su espacio y su tiempo con el enfermo”, subraya el doctor Gracia.

Estamos empezando y hay todo un camino que recorrer. Ya hay UCIS de puertas abiertas, en los servicios de urgencias se están introduciendo cambios y se están dando pasos de gigante en zonas como el quirófano. En las cesáreas, por ejemplo, invitamos al padre a entrar, después de hacer la primera incisión”.