A partir de este lunes, Alemania permite la posesión y el cultivo de cannabis para uso recreativo en la población mayor de 18 años, como ya hicieron Malta en 2021 y Luxemburgo en 2023. A pesar de las discrepancias que ha causado la aprobación de esta ley, el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, ha señalado que con ello se busca frenar el tráfico ilegal de marihuana, teniendo en cuenta los 4,5 millones de consumidores habituales que hay en el país.

Con esta nueva ley, las personas mayores de 18 años podrán poseer hasta 25 gramos para su uso en público, y hasta 50 gramos para uso privado en el hogar. Por lo que hace al cultivo, la ley permite ahora hasta un máximo de tres plantas para consumo privado.

La nueva norma, presentada por la coalición tripartita del canciller Olaf Scholz, no solo comprende la legalización del uso y cultivo, sino que también permitirá eliminar los delitos de posesión de los antecedentes penales de todos aquellos que los tengan. Además, establece un marco regulador para las asociaciones de consumidores de marihuana sin ánimo de lucro que ahora podrán cultivar cannabis y suministrarlo.

La oposición ha criticado duramente la aprobación de esta ley que asegura que llevará al “caos total”. Los líderes de la oposición democristiana (CDU) consideran que no se han tenido en cuenta los riesgos que esto conlleva para la salud de los jóvenes. El primer ministro de la CDU, Reiner Haseloff, afirmó que “esta ley costará vidas humanas”.

No obstante, desde el ministerio de Sanidad advierten que si la legalización se aplica con coherencia puede tener efectos positivos contra el mercado negro. En este sentido, según Lauterbach la ley permitirá proteger a las futuras generaciones de la criminalidad y, con la educación, también del consumo.

¿Dónde se podrá cultivar?

Para poder cultivar el cannabis, los consumidores deberán hacerlo en los clubes de cannabis compartidos. Tal y como ha informado el gobierno, estos clubes son una especie de jardines compartidos, donde se podrá cultivar la droga en una parcela al aire libre, en un invernadero o en un edificio deshabitado. La actividad estará bajo el control de las autoridades y cada asociación podrá acoger a un máximo de 500 personas residentes en Alemania desde hace al menos 6 meses.

Pese a la convicción del Gobierno de que esto supondrá frenar el mercado negro, la nueva ley no solo ha sido criticada por los partidos de la oposición sino también por aquellas asociaciones que luchan contra el consumo de drogas y las adicciones. En este sentido, desde el Centro de drogodependencia Tannenhof de Berlín, no han tardado en levantarse contra la normativa. Katja Seidel, especialista en prevención de adicciones del centro, ha señalado que la nueva ley es “un desastre”. Desde la Policía denuncian el “enorme monstruo burocrático con un montón de regulaciones poco sistemáticas” que supone la ley. Alexander Poitz, vicepresidente del sindicato policial, ha señalado que a partir de ahora van a aumentar las situaciones de conflicto con el público debido a la incertidumbre que hay entorno a la nueva ley.

La Justicia del país también se ha pronunciado en contra de la nueva medida y desde la Federación de Jueces Alemanes (DRB) señalan que el aumento de las amnistías de los delitos vinculados al consumo de cannabis supondrá que se reexaminen más de 200.000 casos, impidiendo dedicar los esfuerzos “a otras tareas durante semanas y meses”.

Consumo legalizado en la UE

Previo a la nueva norma de Alemania, en 2021 Malta se convirtió en el primer país de la Unión Europea que legalizó tanto el consumo como el cultivo. Su legislación actual, la más tolerante de la UE, permite la posesión de hasta 7 gramos de cannabis y cultivar hasta cuatro plantas en privado.

Además, Luxemburgo también se unió a esta regulación el año pasado. En este país se permite el consumo privado y el cultivo de hasta cuatro plantas y se despenalizó la posesión del cannabis en público.

¿Y sobre el uso medicinal?

Parte de la novedad y la crítica que ha despertado la nueva ley es que se centra en el uso recreativo. Lejos de este, la marihuana es utilizada en multitud de ocasiones por sus propiedades medicinales. Sin embargo, también existe una regulación entorno a esto y una situación diferente dependiendo del país de la Unión Europea al que se atienda. Países como Dinamarca, Irlanda o Francia pusieron en marcha proyectos piloto para facilitar y mejorar el acceso al uso medicinal de la marihuana. En 2018, en el primero de los tres un programa permitió a los médicos recetar productos que hasta ese momento no eran legales. Tal y como señaló el Gobierno, el objetivo era “ofrecer a los pacientes una forma legal de probar el tratamiento con cannabis medicinal si no han experimentado beneficios con los medicamentos autorizados”.

Un año más tarde, en Irlanda se inició un programa piloto que durará cinco años y que permite facilitar el uso del cannabis en pacientes con esclerosis múltiple, náuseas y vómitos asociados a la quimioterapia y epilepsia.

El último fue Francia, que en 2021 inicio también otro proyecto y ahora mismo la agencia gubernamental de medicamentos trabaja para definir normas más exactas en cuanto a la futura producción de productos de marihuana medicinal.

Con todo, este uso del cannabis encuentra todavía muchos vacíos legales y precisaría también de una regulación específica. Mientras que en países como República Checa o Alemania los pacientes pueden recibir reembolso por el cannabis medicinal, en otros países es el propio paciente el que debe pagarlo. Algo que el Parlamento Europeo viene solicitando desde 2019 cuando a través de una resolución pidió normas para toda la UE en esta materia y más investigación al respecto.