Martínez-Almeida y su socio en el ayuntamiento, Ortega-Smith, pactaron la posibilidad de soterrar el tráfico en la Gran Vía como medida sustitutiva al Madrid-Central de Carmena. Esta propuesta vuelve a abrir el melón de enterrar el tráfico que tanto gusta al Partido Popular.

La idea ya se puso sobre la mesa en la década de los 90 cuando Álvarez del Manzano (PP) consiguió ser alcalde. La propuesta consistía en la construcción de 130 kilómetros de túneles para que los coches circularan por debajo de la ciudad. El plan era atravesar la capital sin llegar a ver la luz del sol.

Las críticas no tardaron en llegar, la oposición miraba con recelo la faraónica obra e incluso, el candidato del PSOE en aquel momento, Fernando Morán, llegó a decir: "Hay que detener al topo invasor".

Tanto túnel y tanto topo dio lugar a que este animal se apareciera de verdad por las vías madrileñas con un único fin, perseguir a Álvarez del Manzano en las inauguraciones.

Dentro de este disfraz de topo parlante estaba un hombre de Ecologistas en Acción que pisaba los talones a los alcaldes amantes de los túneles. Pero esta inusual protesta puede volver en cualquier momento para intentar frenar los planes del nuevo ayuntamiento.

Guardado pero no olvidado

Paco Segura, portavoz de Ecologistas en Acción, advierte: “El topo lo tenemos bien guardado porque va a tener que salir tarde o temprano a la luz”.

Desde la asociación ven un “contrasentido” el proyecto. “En los tiempos que corren hay que reducir el tráfico y la contaminación no seguir con estas dinámicas que además gastan grandes cantidades de dinero público”

Segura asevera también que, “un coche no deja de emitir gases porque lo entierres bajo tierra, sigue contaminando, la diferencia es que sale por otro sitio”. El plan no es viable ambientalmente, lo único que propiciaría sería un efecto llamada que aumentaría el cambio climático”.

El efecto túnel vuelve a inundar Madrid, y el topo de Ecologistas en Acción está al acecho, “espero que no haya que sacar el traje este verano”.