Este verano se calcula que, aproximadamente el 90% de los españoles se tomará unos días de descanso en algún lugar que no es su residencia habitual. Los destinos de costa nacional son la opción más escogida y por norma general el medio de transporte utilizado es el vehículo propio.
Sin embargo, no todos los conductores revisan su coche antes de salir de viaje, lo que puede implicar que nos llevemos algún susto, no solo al volante. Las vacaciones podrían salirnos más caras de lo previsto si no tenemos en cuenta algunas de las averías más comunes en esta época y cómo prevenirlas.
Los expertos recomiendan seguir estos cinco consejos básico:
1. Revisar los neumáticos: Es fundamental comprobar las ruedas de nuestro coche antes de emprender camino. En este sentido, hay que revisar, tanto su estado general, como su nivel de aire.Hacelo puede evitarnos un reventón en carretera, lo cual puede ser extremadamente peligroso. En este punto hay que tener en cuenta que el calor puede aumentar la presión del neumático y acelerar el desgaste de la goma. En términos económicos, chequear las ruedas antes de salir y sustituirlas en caso de que sea necesario, nos saldrá más barato que hacerlo en pleno viaje.
2. Comprueba la batería: Las altas temperaturas aceleran el envejecimiento químico de la batería y hacen que se evapore el líquido. Es importante inspeccionar que no haya hinchazón, fugas de ácido o mal olor y verificar el estado del alternador. Si sobrecarga o no carga bien la batería se verá afectada. Tiene que estar entre entre 13,8 y 14,5 V con el motor en marcha. Dado que el calor favorece la corrosión en los bornes, es aconsejable limpiar las terminales con un cepillo de alambre y aplicar grasa dieléctrica o vaselina neutra para protegerlos. Otro aspecto a tener en cuenta en este apartado es que si dejamos la radio o el aire acondicionado puesto mucho tiempo con el motor apagado, la batería se podría descargar si ya está debilitada. Aparcar a la sombra también evitará que se acorte la vida útil de nuestra batería.
3. Verifica el nivel de aceite: Comprobar los niveles de aceite es otro factor clave. El calor lo degrada y reduce su viscosidad, lo que puede terminar provocando daños en el vehículo. Es importante hacerlo con el motor frío. Si detectas que el nivel está al límite o por debajo del mínimo rellénalo. Hazlo siempre poco a poco, para evitar sobrepasar el máximo. Sobrellenarlo también puede dañar el motor.
4. Testa el funcionamiento del aire acondicionado: Que se nos estropee el aire acondicionado puede ocasionarnos en estas fechas un auténtico problema si estamos en puntos del país donde las temperaturas son extremadamente altas. Si no nos funciona correctamente, la razón puede estar en una fuga de gas, lo cual no nos costará mucho. Si la avería es de compresores o condensadores, el fallo nos saldrá bastante más caro. La obstrucción del filtro de polen también es común en estas fechas y puede provocar, además de que el vehículo no se enfríe correctamente, que haya malos olores.
5. Sistema de refrigeración: El calor propio de estas fechas afecta de forma muy importante al sistema de refrigeración de nuestro vehículo, que es el responsable de mantener la temperatura del motor estable, incluso en condiciones extremas. En verano aumenta el riesgo de recalentamiento. Comprobar el estado y el nivel de refrigerante es crucial, al igual que lo es purgar el sistema si se ha vaciado, limpiar el radiador y el condensador y revisar mangueras y abrazaderas.
En definitiva, la mejor opción para evitar disgustos mayores es hacerle un chequeo a nuestro coche antes de emprender el viaje. Si tenemos algo de conocimiento al respecto, podemos hacerlo nosotros mismos. De lo contrario, la mejor opción es ponerse en manos de un taller de confianza que nos haga las comprobaciones pertinentes. Una avería de pocos euros puede terminar siendo un buen roto en el bolsillo.