La escritura a mano nunca se ha ido porque para algunas profesiones es imprescindible. Desde dibujantes y diseñadores, que esbozan sus inspiraciones repentinas hasta los ingenieros, con sus esquemas y diagramas de flujo de información para abordar un nuevo proyecto o resolver un problema, pasando por escritores y los investigadores que realizan mediciones en un laboratorio. Todos ellos necesitan un soporte físico donde apuntar cosas al momento.

Lo curioso es que, en un tiempo donde casi todos vivimos a un ritmo acelerado, los productos de papelería personalizados sean objeto de deseo y haya quienes reciben cursos para volver a aquella caligrafía cuidada que tan buena impresión causaba antaño. Incluso en internet, las fuentes que imitan las letras escritas a mano son tendencia en el diseño de páginas web y blogs.

A quienes nunca hemos abandonado la escritura en papel por el motivo que sea nos ha sorprendido la vuelta al papel decorado para cartas y no ser los únicos clientes de alguna papelería de diseño online. ¿Se deberá a accidentes con las memorias digitales o a una moda? ¿Qué ha podido llevar a este cambio a gente pegada siempre a su PDA?

La verdad es que un mail no podrá nunca hacer revivir las emociones como lo hace una carta firmada de puño y letra, los álbumes de fotos en papel o ese viejo cuaderno lleno de ideas, de las cuales algunas se hicieron realidad y otras no. Y el no depender de una batería para tener acceso a anotaciones importantes es algo impagable.

Tal vez ha habido quien se ha vuelto a emocionar encontrando una nota olvidada en un viejo cajón o al recordar cada vez usar su agenda personalizada a la persona especial que se la regaló. O tal vez han redescubierto una forma de desconectar por un rato de las prisas, al escribir mensajes de forma cuidada, frases motivadoras o anécdotas graciosas.

O, quizás, los que nos hemos resistido a abandonar las notas manuscritas en ocasiones especiales les hemos hecho recapacitar cuando les pedíamos si nos podían firmar la postal de cumpleaños o dedicar ese libro que nos acaban de regalar.

En cualquier caso, la tendencia de escribir en papel ciertas cosas ya lleva unos años siendo lo habitual y no una cosa de nostálgicos. Y, como resultado, además de los cuadernos, agendas escolares y diarios, hoy podemos adquirir agendas adaptadas a cualquier profesión, incluso personalizadas. Todos hemos salido ganando, los nuevos escritores están entusiasmados con su nuevo hobby y los de la resistencia con la gran oferta de productos de papelería disponible para llevar nuestras anotaciones con nosotros con materiales de mayor calidad y durabilidad, sin olvidarnos del diseño. Por si fuera poco, también se ha puesto de moda regalar auténticas preciosidades y no es extraño que se acuerden de nosotros.

Europa ha imitado a Japón, China y Corea del Sur, donde la caligrafía sigue siendo un arte y una forma de relajación. Es posible que pronto volvamos a ser inseparables de nuestra estilográfica, así como muchos asiáticos y estudiantes de idiomas lo son de sus pinceles.