Si el año pasado uno de los grandes ausentes en la Superbowl que ganaron los Patriots fue Donald Trump, este año sí asistirá. No obstante, lo hará en medio de uno de los tiempos más polémicos entre la Casa Blanca y la NFL.

Durante toda esta campaña, Trump se ha enfrentado con la mitad de la NFL - por no decir con toda -. Los propios jugadores de la liga apoyan el movimiento Black Lives Matter. Muchos recuerdan a aquellos jugadores que se arrodillaban cuando sonaba el himno de Estados Unidos en señal de protesta. Un ejemplo de estos es Colin Kaepernick, que incluso denunció un complot de la liga porque ningún equipo lo contrataba.

Tras esto, el presidente se echó a toda la liga encima, incluso a los que le apoyaron durante la campaña electoral. Llegó a tildar a los jugadores de "hijos de puta" porque, a su juicio, no respetaban los símbolos de Estados Unidos.

No habrá declaraciones

En plena guerra fría, Trump se atreve, además, a romper con una tradición que el curso pasado sí respetó, hacer declaraciones. En 2017 fueron previamente grabadas por la cadena que ofrecía el encuentro.Sus predecesores Bush y Obama pasaban por las cámaras para comentar el partid, pero el no lo hará.

¿Por qué? La explicación es bien sencilla. Y es que, la Superbowl que tendrá lugar en Minnesota en la madrugada de este domingo al lunes, la retransmitirá a nivel nacional la NBC, una cadena que ha sido acusada por el propio Trump de non grata por " verter noticias falsas sobre su persona y su gobierno". Otro veto para la colección.

En lo deportivo, otro show más

Más allá de las connotaciones políticas que envuelven a la figura de Donald Trump, se encuentra lo verdaderamente importante de esta cita: el deporte. El fútbol americano será, por un día, el protagonista del mundo. Los ojos de un gran número de ciudadanos de todas partes del globo posarán sus ojos sobre el U.S. Bank Stadium de Minnesota.

Los Philadelphia Eagles tratarán de arrebatar el título a unos New England Patriots que buscarán su reválida tras una temporada en la que nadie podía imaginar que llegarían a una nueva final. Eso sí, si alguien podía y puede ganar otra vez son ellos. El tándem Bellichick-Brady es capaz de cualquier cosa, como han demostrado desde que forjaron esa férrea y exitosa unión.

Los de la ciudad del amor fraterno llegan con la baja de su quarterback titular, Carson Weltz. No obstante, eso no es óbice para que estos hayan arrasado durante el último tercio de temporada, con Nick Foles como mariscal guiando a su equipo yarda a yarda hasta la Superbowl.

Justin Timberlake, para amenizar el descanso

Como siempre, uno de los momentos más esperados de la Superbowl es su descanso, donde un minuto de publicidad se paga a precio de oro. Este curso, Justin Timberlake será el encargado de poner la nota musical a esta cita durante el entretiempo. Por contra, la cantante Pink será la encargada de interpretar el himno de los Estados Unidos de América.