Pero más allá del contenido simbólico de prescindir de Izquierda Socialista y más allá de prescindir de dos diputados solventes y, en algunas ocasiones graves, díscolos con las decisiones del Partido y del Gobierno, que bastante significativo es, más allá, digo, hay un hecho insólito: por primera vez el Comité Federal aprueba la lista por Madrid con la abstención de los representantes del PSM, o sea, del Partido Socialista de Madrid, incluido su secretario general, Tomás Gómez.
Abstención fácilmente explicable porque la lista no es la que el PSM aprobó por unanimidad hace unas semanas y en la que sí estaba presente Izquierda Socialista. O sea, que Madrid tendrá unos diputados no aprobados expresamente por el Partido en Madrid.
Quizá piensen en el Comité Federal que es mejor que esos Diputados díscolos y de izquierdas ocupen ese virtual escaño 351 que propuso en agosto el candidato Pérez Rubalcaba, que dice reivindicar las políticas de izquierda, pero deja a la izquierda del partido que le presenta fuera del Parlamento.
Él sabrá por qué lo hace y qué réditos electorales espera tener con ello, porque inevitablemente tendrá que responsabilizarse de los resultados que obtenga, buenos, malos o peores, pero desde luego no podrá sorprenderse de que en el Congreso del PSOE que tarde o temprano habrá de celebrarse, Izquierda Socialista no celebre su candidatura y le pida que escuche y explique ese hacer.
Jesus Pichel es profesor de filosofía