Las grandes hazañas de la humanidad están rodeadas de pequeños detalles sin los cuales nada hubiese triunfado. A veces, son pormenores que pasan inadvertidos, e incluso olvidados, pero en otras muchas ocasiones son secretos celosamente guardados, hilos de los que si tiramos llegamos a unas pistas absolutamente fascinantes.
Por eso en este año, en el que seguimos conmemorando el prodigioso viaje de Magallanes y Elcano, conviene prestar atención a una cuestión clave ¿Cómo sabía Magallanes que allá, en el sur, existía un estrecho que llevaría su nombre?


Habrá quien piense que el 20 de septiembre de 1519, Magallanes y sus barcos salieron a la aventura probando suertes por ver qué encontraban. Pero la realidad es bien distinta, pues si leemos al cronista de cabecera en aquel viaje, Antonio Pigafetta, queda claro que antes de embarcarse Magallanes sabía perfectamente de la existencia de ese estrecho.
“Si no fuese por el saber del Capitán General, no se hubiese pasado por este estrecho, porque todos creíamos que estaba cerrado; pero él sabía que debíamos navegar por un estrecho muy escondido, habiéndolo visto en un mapa guardado en la Tesorería del Rey de Portugal, y hecho por Martín de Bohemia, hombre excelentísimo".

Ya hablaban de un estrecho al sur de América los mapas de Martín de Bohemi

¿Ya hablaban de un estrecho al sur de América los mapas de Martín de Bohemia?

Efectivamente, desde bien joven, Fernando Magallanes había frecuentado la corte portuguesa de Juan II y también es verdad que Martín de Bohemia (también conocido como Martin Behaim) sirvió como cartógrafo a la corona lusa.

Además de Pigafetta, fray Bartolomé de las Casas y Gonzalo Fernández de Oviedo dan crédito a la inspiración de Magallanes en un mapa de Martín de Bohemia.
Sin embargo, no hay ningún documento conocido de este cartógrafo en el que aparezca un estrecho al sur del continente americano. Es más, de existir sería un mapa anterior a 1507 (año en el que muere este cartógrafo), lo que adelantaría del descubrimiento casi dos décadas.
Según muchos historiadores podría ser algún mapa del astrónomo y cartógrafo Johannes Schöner, cosa mucho más lógica pues en el año 1515, este autor reconoce que un portugués había descubierto el famoso estrecho. Así lo plasma en su libro Luculentissima quædam terræ totius descriptio:
“El portugués, así, navegó alrededor de esta región, el Brasilie Regio, y descubrió un pasillo muy similar a aquellos de nuestra Europa”

Johannes Schöner no solo habló de una expedición portuguesa al estrecho

Johannes Schöner no solo habló de una expedición portuguesa al estrecho si no que dejó reflejado este en sus mapas.
 

Y de nuevo surge la duda ¿Cómo sabía Johannes Schöner que un portugués había hecho tal descubrimiento?
Quizá lo supo gracias a un pequeño folleto titulado Copia de Newen Zeytung de Presillg Landt. En este documento se habla de cómo un comerciante de Amberes, gracias a un informante de la isla de Madeira tiene noticias sobre una expedición portuguesa a la costa brasileña, en la cual se ha descubierto un estrecho que conecta con el océano Pacífico.
“Desde ese cabo de Brasil no hay más de seiscientas leguas para Malaca (:..) un camino aun virgen por el que ir y volver de Lisboa a Malaca”

El folleto titulado Copia de Newen Zeytung de Presillg Landt habla de una expedición portuguesa anterior a la de Magallanes

El folleto titulado Copia de Newen Zeytung de Presillg Landt habla de una expedición portuguesa anterior a la de Magallanes.

Unos datos que no parecen demasiado fabulosos pues en las primeras líneas queda bien claro que el financiador de tal viaje fue el comerciante burgalés Cristóbal de Haro. En efecto, por aquellos años Cristóbal de Haro vivía en Portugal y desarrollaba interesantes negocios con Madeira, Amberes y por supuesto las islas de las especias.
Se sabe, además, que Cristóbal de Haro financió expediciones clandestinas del rey Manuel de Portugal como el viaje Diogo Ribeiro en su misión era explorar la costa atlántica arriesgándose a violar el tratado de Tordesillas.
La expedición de Diogo Ribeiro fue un fracaso y los españoles tomaron buena cuenta de ello. Tanto como para enviar a Juan Díaz de Solís a investigar aquellas tierras de la desembocadura del Río de la Plata. De igual modo Solís murió en 1516 y oficialmente el estrecho seguía aún por descubrir.
Por esas mismas fechas, un marino portugués, decepcionado con el gobierno luso, se personó en Sevilla con una intención muy clara, ofrecer a Carlos I los planes secretos de Portugal. El mejor de los planes era descubrir (o redescubrir) aquel estrecho y en cuanto al marino solo es necesario recordar su nombre para hacernos a la idea de su valía: Fernando Magallanes.

Fernando Magallanes