En Semana Santa las reliquias suelen ser un tema recurrente. Fragmentos del portal de Belén, pajas del pesebre, huesos de santos e incluso restos de los niños que mató Herodes, han causado verdadero furor a lo largo de la historia.
El caso más reciente lo vemos en la serie 30 monedas de Alex de la Iglesia cuyo argumento gira entorno al botín que cobró Judas por entregar a su maestro. Bien es cierto que a lo largo de la historia estas monedas, a priori, no han tenido un carácter malévolo, de hecho, elementos aún más truculentos como la cruz en la que fue ejecutado Jesús, adquirió propiedades milagrosas incluso curativas.

Pendiente realizado con una de las supuestas monedas de Judas (un dekadracma de Siracusa)

En el museo Hunt de Limerick (Irlanda) se conserva este pendiente realizado con una de las supuestas monedas de Judas (un dekadracma de Siracusa). En su montura de oro tiene una inscripción que reza “este es el precio de la sangre”

Las monedas, son, al fin y al cabo, otra pieza más de la infinidad de reliquias que se obtuvieron del episodio de la pasión del que se veneró hasta el más nimio detalle, desde la caña con la que Pilatos señaló a Jesús, hasta la piedra exacta con la que se tropezó el mesías de camino al Calvario.

¿Por qué precio se vendió al hijo de Dios?

Si nos centramos en las treinta monedas, hablaríamos de unas reliquias ciertamente especiales puesto que más allá de su valor piadoso tienen implícita una duda: ¿Por qué precio se vendió al hijo de Dios?

Los evangelios nos hablan de “treinta piezas de plata” pero antes de echar cálculos conviene entender que son textos bíblicos y puede que las cifras sean más simbólicas que reales. Por lo tanto, esas treinta monedas podrían ser equivalentes a las que nos habla tanto el libro del Éxodo como el de Zacarías cuando establecen el precio de un esclavo.

El arrepentimiento de Judas (1874)

Simón Gómez Polo. El arrepentimiento de Judas (1874)

Por eso resultan interesantes los cálculos llevados a cabo por el especialista en numismática Adolfo Ruiz Calleja, quien partiendo de los distintos valores de monedas (locales o imperiales) y la equivalencia entre el precio de la plata en aquel entonces en base al precio del trabajo, ha obtenido una estimación de las treinta monedas de plata que oscila entre 9.000 y 40.000 euros.

El destino de las monedas de Judas

Ahora bien, ¿dónde fueron a parar las monedas? Según el evangelio de San Mateo, Judas las usó para comprar un terreno llamado el campo de la sangre, los Hechos de los Apóstoles dicen que fue el sanedrín quién compró el terreno y que fue allí donde se despeñó Judas dándole ese nombre de campo de la sangre o Aceldama.

Monasterio de Aceldama

Donde la tradición dice que murió Judas existe hoy el monasterio de Aceldama. 

Desde entonces, seguir la pista de tales monedas ha sido una aventura digna de una novela de Marguerite Yourcenar.

Grandes investigadores de las reliquias de la pasión como Jesús Cobo han seguido la pista de objetos tan interesantes como estos que según la historiadora Lucia Travaini han sido venerados en Malta, Roma, París, Sens e incluso Uppsala donde lógicamente su número aumenta hasta tal punto que ya no se sabe si eran treinta monedas o un fondo de inversión. Amén de que muchas de ellas son rematadamente falsas al haberse acuñado en tiempos muy posteriores a Cristo.

Las monedas de Judas en España

En España nos encontramos monedas de Judas en la catedral de Valencia, el monasterio de Monserrat (aunque desacreditada en el siglo XIX), en el monasterio de Santes Creus, en la Puebla de Montalbán (y que luego pasó a la catedral de Toledo) y desde luego en el enclave más famoso de todos los vinculados con las monedas de Judas: Velilla de Ebro, en la provincia de Zaragoza.

Allí no hay ninguna moneda visible si no que fue fundida para fabricar una de las campanas de la ermita de San Nicolás que alcanzaría fama internacional por tocar sola y augurar con su repiqueteo la muerte de reyes e inquisidores como Fernando el Católico, Carlos V, Sebastián de Portugal o el inquisidor Pedro Arbués. Esperemos que este año ninguna campana de Velilla toque sola…

Campanario de la ermita de San Nicolás de Bari, en Velilla de Ebro
Campanario de la ermita de San Nicolás de Bari, en Velilla de Ebro, donde tocaba la agorera campana en cuya fundición se añadió una moneda de Judas