El eurodiputado del PP Juan Ignacio Zoido ha generado polémica en las últimas horas por publicar en Twitter una imagen y un comentario para responder e intentar burlarse del ministro de Consumo, Alberto Garzón, después de que pidiese a los españoles reducir el consumo de carne por los peligros que supone su abuso para la salud de las personas y del planeta. Además, el eurodiputado se ha visto envuelto en otra polémica, en esta ocasión por la orientación de los votos de su partido en una iniciativa del Parlamento contra Hungría y su ley homófoba y tránsfoba.

Zoido, que fue un cuestionado alcalde de Sevilla y ministro del Interior y hoy disfruta del 'respiro dorado' en Europa, ha publicado en Twitter una foto de un cachopo junto a patatas fritas para expresar al mundo que él come carne y no se plantea reducir su consumo, como indican los expertos. “No puede acabar el día sin recordar que yo como carne, porque forma parte de la dieta mediterránea, su consumo es saludable y hay que apoyar al sector cárnico y ganadero”, ha escrito junto a la imagen.

Después de trascender, han sido muchas las personalidades, entre las que se encuentra Anabel Alonso y Teresa Rodríguez, que se han burlado del eurodiputado, fijándose en los fritos que califica como alimentos de la dieta mediterránea.

Pero su figura también es cuestionada por la orientación de su voto en el Parlamento Europeo en contra de las personas homosexuales y trans, en definitiva, del colectivo LGTBI. De los 13 parlamentarios del PP español, 12 se han abstenido y solo uno, Esteban González Pons, ha dado su respaldo a la resolución europea para condenar las leyes del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, contra el colectivo.

Fuentes del PP​ han justificado su abstención porque consideran que la “petición de retirada de los fondos perjudicaría al conjunto de la población húngara y no solo a su Gobierno, lo cual no sería justo”, y han añadido que “dicho esto, el PP está por supuesto en contra de cualquier tipo de discriminación por razón de orientación sexual”.

No obstante, la resolución europea que considera las leyes húngaras “una violación manifiesta de los valores, principios y del derecho de la Unión” ha salido adelante con 459 votos a favor, 147 en contra y 58 abstenciones. Los eurodiputados de Vox han votado en contra de la iniciativa y han respaldado la postura de Hungría por “no arrodillarse ante la embestida de la ideología LGTB”.