Sumar ha propuesto eliminar los vuelos nacionales que tengan como alternativa un viaje en tren de menos de tres horas. La candidatura de Yolanda Díaz hace propia así la medida que la Francia de Macron aprobó hace escasos dos meses para luchar contra el cambio climático. De esta forma, afectaría de lleno, entre otras, a la ruta Madrid-Barcelona, que solo en 2019 movió a 2,5 millones de personas con 200.000 usuarios diarios y el doble de contaminante que el AVE.

Así lo ha destacado este lunes el portavoz de campaña de Sumar, Ernest Urtasun, en una rueda de prensa desde Cádiz, donde ha ensalzado pasos que viene dando Francia en la lucha contra la emergencia climática. En concreto, Urtasun ha fijado en tres horas la duración máxima de la alternativa ferroviaria para suprimir el viaje con cualquier línea aérea, aunque el programa de Sumar la establece en cuatro horas.

No solo eso. Sumar también quiere "limitar los 'jets' privados, que se han convertido en un problema climático muy importante en España", e impulsar "el despliegue de los trenes nocturnos" como opción de transporte alternativo para ahorrar emisiones de cambio climático. Si acudimos al programa electoral de Sumar se puede ver también que los de Yolanda Díaz proponen un "gravamen a los bienes y servicios de lujo que generan un gran volumen de emisiones y nulo rendimiento social, como vehículos de lujo, aviones privados, grandes yates y vuelos frecuentes peninsulares o en clase business". La "tasa creciente sobre los viajes frecuentes en avión" entraría en vigor "a partir del segundo vuelo anual".

"Eliminaremos los privilegios fiscales del avión e implementaremos una tasa al combustible de la aviación para evitar el 'dumping' económico de este medio en relación a los terrestres. Igualmente, restringiremos las ampliaciones innecesarias e insostenibles de los aeropuertos", indica el programa electoral de los magentas.  Para ahorrar emisiones, proponen también "la conexión internacional y multimodal en puertos y aeropuertos".

Una prohibición que ya existe en Francia

La medida ya existe en Francia. Después de dos años, en las que los obstáculos legales hicieron edulcorar la norma, el país galo se convertía en el primer país de la Unión Europea en  restringir este tipo de vuelos domésticos. Fue el 23 de mayo, y la noticia pasó desapercibida en España por la actualidad mediática de las elecciones del 28 de mayo. Era uno de los aspectos más polémicos de la Ley del Clima que se aprobó en Francia en 2021 y es incluso más restrictiva que lo que propone Sumar. Allí, han sido prohibidos los vuelos que ronden las dos horas y media o menos. En un principio la norma establecía las 4 horas como el programa electoral de Sumar, pero acababa siendo recortado.

Los vuelos cortos son responsables de buena parte de las emisiones de CO2 y otros gases de efectos invernadero de la industria aeronáutica. Por ello, su limitación era una cuestión de Estado para el país galo y varios países europeos ya toman medidas, sin ser tan extremas como la francesa. Por ejemplo, Italia grava los trayectos cortos y Holanda estudia también limitar el número de vuelos desde sus principales aeropuertos. En España, donde se han debatido ya propuestas muy similares a la ley francesa en el Congreso, nunca ha planteado un proyecto de ley. Sin embargo, desde el Gobierno se observa la aplicación en Francia para aplicarla.

Adiós al puente aéreo Madrid-Barcelona

De aprobarse la medida se ahorrarían la mitad de las emisiones poniendo fin a los vuelos entre Madrid y Barcelona. De hecho, la alta velocidad contamina unos 17 kg de CO2 por pasajero mientras que un vuelo entre Madrid y Barcelona ronda los 40 kg.

Ya desde 2020, cuando comenzó el abaratamiento de la alta velocidad por la liberalización de las vías, el puente aéreo entre ambas ciudades se ha visto en peligro. 

Hace un mes el proveedor de inteligencia de viajes Mabrian y Phocuswright elaboran un estudio conjunto sobre el impacto potencial de la aplicación de esta medida en España, incluyendo un caso de estudio del puente aéreo Barcelona-Madrid. Los datos mostraban que los pasajeros aéreos generan más del doble de huella de carbono para cubrir exactamente el mismo trayecto que los que van en tren de alta velocidad.

Los 630 kilómetros que unen ambas ciudades hacen que se llegue en apenas 2,5 horas. Una cuestión que ha hecho que baje el número de viajes. En avión ha habido 5.744 vuelos entre ambas ciudades, con un total de 1,17 millones de plazas. Aunque se espera que la conectividad del puente aéreo crezca un 10% en 2023 respecto a 2022, sigue estando un 22% por debajo de los niveles previos a la pandemia de 2019 cuando movió a 2,5 millones de personas con 200.000 usuarios diarios.

Sin embargo, la huella de carbono de usarse fuentes renovables puede bajarse aún más en tren a los 9,6 kilogramos por pasajero. Según los datos más recientes de Mabrian, esto representa menos de la mitad de la huella de carbono asociada al transporte aéreo.

El puente aéreo en los últimos 12 meses emitió a la atmósfera unas 54.000 toneladas de CO2. Esta cifra representa un aumento del 132% de las emisiones respecto a las 27.000 toneladas que emitirían los trenes de alta velocidad con el mismo número de pasajeros.

Entre Barcelona y Madrid operan diariamente una media de 21 líneas de tren de alta velocidad y 16 conexiones aéreas. Actualmente, con cuatro compañías ferroviarias (Ave, Avlo, Ouigo e Iryo) y tres compañías aéreas (Iberia, Vueling y Air Europa) ofrecen servicios regulares en estas rutas.

Además, la competitividad entre las cuatro operadoras ferroviarias ha hecho que los precios caigan de media un 43% en torno a los 75 euros a la vez que el volumen de billetes vendidos se ha cuadruplicado entre mayo de 2021-22 en comparación con el periodo comprendido entre abril de 2019-20.

No obstante, Iberia presentó un estudio realizado por PWC hace un mes en el que indicaba que los vuelos domésticos de Iberia generan 102 millones de euros al PIB español y 1.852 nuevos empleos por cada millón de pasajeros.

“Las rutas domésticas son imprescindibles para la conectividad dentro de España y también con el exterior, además de que contribuyen notablemente a la creación de riqueza y empleo en nuestro país”, aseguraba la compañía aérea en su informe.

Además, incidían en que los vuelos domésticos suponen menos del 1% de las emisiones totales de CO2 en España, porcentaje que disminuye cada año “gracias a las inversiones en aviación sostenible y a la renovación de la flota”.