Carlos Mazón está prácticamente sentenciado. No en lo que respecta al corto plazo, pero no será él quien encabece el cartel del Partido Popular en las próximas elecciones autonómicas fijadas para el mes de mayo de 2027 si nadie lo remedia. En las últimas semanas, se daba por sentado que el presidente de la Generalitat agotaría la legislatura al haber ligado su futuro político a la reconstrucción de Valencia tras la tragedia de la DANA. Sin embargo, el ambiente en la región es irrespirable y la cúpula del PP fue testigo ocular este pasado miércoles, en el funeral organizado en memoria de las víctimas que perdieron la vida el 29 de octubre de 2024. La hoja de ruta está clara y pasa por que el jefe del Ejecutivo regional dé un paso al lado de cara a los comicios y se promocione al actual presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, como próximo candidato a dirigir el Consell, según publica el diario El País.
Se antoja evidente que lo sucedido el miércoles en la Ciudad de las Artes y las Ciencias ha supuesto un punto y aparte en el guion del Partido Popular. La jueza de Catarroja estrecha el cerco sobre el presidente y se espera que este lunes se tome declaración a la periodista Maribel Vilaplana, quien mantuvo con el presidente de la Generalitat una comida el día de la DANA en El Ventorro. De estos próximos movimientos, al margen de las nuevas averiguaciones judiciales que continúen apareciendo, dependerá el futuro cercano de Carlos Mazón. Bajo este telón, en Génova evitan pillarse los dedos con una defensa numantina de su barón. Ya no hay cierre de filas. Tampoco le protege el velo de la derecha mediática, que empieza a señalarle, síntoma de que su tiempo se ha esfumado. De hecho, este mismo viernes, la portavoz parlamentaria del PP, Ester Muñoz, se limitaba a responder que la decisión de dimitir le corresponde sólo a Mazón. Declaraciones que contrastan con las de un Santiago Abascal que ha respaldado al jefe del Ejecutivo regional, una muestra del cálculo político que manejan en Vox.
Y es que, tal y como apuntan las encuestas e incluso en el escenario actual, el PP está en manos de la ultraderecha. La complejidad del control de daños se desprende de ahí, de hecho. No obstante, también concede cierto margen al propio Mazón para diseñar su propia hoja de ruta. En paralelo, el líder del principal partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, hace lo propio para contener la sangría en un doble juego: evitar el efecto contagio hacia las siglas en términos nacionales y evitar una mayoría de izquierdas que les saque del Consell. Está previsto que el próximo miércoles, tras los cinco días de tregua que se ha dado el presidente, anuncie una tercera crisis de gobierno aunque no se espera que llegue con grandes cambios. Sí incluirá, según publica El País, a alguien de confianza de Vicente Mompó.
El perfil de Mompó
Su nombre ha cogido fuerza en las últimas semanas a base de actos públicos y apariciones en medios de comunicación, especialmente el día del aniversario de la DANA. Fue el único en conceder entrevistas esa misma fecha, cuando el resto de la plana mayor del partido optó por eludir el foco. Además, protagonizó un desayuno informativo en el que ponderó la continuidad de Carlos Mazón al frente de la Generalitat: “Al final, los valencianos no decidimos cuándo un presidente dimite, sino qué presidente queremos”. Declaraciones algo crípticas que salpimentó con el ya manido mantra de que el jefe del Ejecutivo valenciano ligó su futuro a la reconstrucción. “El habrá decidido qué hacer”, resumió. Dudas que agrandó en conversaciones con Onda Cero el pasado 29 de octubre, asegurando que no está conforme con la gestión en el día de la tragedia: “Satisfecho no estoy”.
Polémicas aparte – que las hay y no pocas -, Mompó sí estuvo presente en el CECOPI desde el principio el día de la DANA. Se presentó sin ser miembro del mismo, aunque Mazón tampoco lo era y llegó a las 20:28 horas de la tarde. El presidente de la Diputación de Valencia fue quien recibía las llamadas de auxilio al 112 en pleno caos y pidió a Salomé Pradas que enviara la alerta a los móviles: “¡Enviadla de una puta vez!”. Desde ese día, ha reforzado su presencia a nivel autonómico, pero también nacional, siendo el único miembro del PP valenciano en la Mesa del Congreso Nacional que la formación organizó en Madrid en julio de este año para apuntalar a Feijóo como líder.
A su favor juega que, pese a la reciente sobreexposición mediática, no es un perfil tan como conocido como Carlos Mazón; lo cual le libra de los abucheos e insultos que reciben tanto el presidente de la Generalitat como otros miembros del Consell. En el desayuno informativo de este pasado lunes se le interrogó por sus opciones para liderar la lista del PP a la Generalitat Valenciana, pero se limitó a responder con evasivas, pero tras el funeral salió en defensa de Mazón: “Fue un acto organizado y orquestado por Moncloa. Nunca me he escondido de tomar decisiones”. En consecuencia, Mompó es el primer nombre que, según El País, aparece en el cuaderno azul de Mazón, pero también aparecen perfiles como el de la alcaldesa de Valencia y diputada autonómica, María José Catalá. De hecho, es una de las opciones que más seducen a la dirección nacional del partido. Una persona muy cercana a Esteban González Pons y que se ha desmarcado de la gestión de Mazón y de su relación con las víctimas de la tragedia.
Con todo ello, la decisión final llegará en el congreso regional valenciano, cuya celebración aún está pendiente de fecha. En otras palabras, será el líder del Partido Popular el que marque los tiempos, pero lo que está claro es que Mazón no revalidará como candidato a la Generalitat. El cuándo se producirá es una incógnita más en un tablero de juego algo difuso y pendiente de lo que salga del juzgado de Catarroja, pero también del encaje del puzle conservador, habida cuenta de que Mompó no es diputado autonómico y no podría sustituir al president si dimitiera. De hecho, siguiendo el ejemplo de Francisco Camps, podría seguir en su escaño para mantener el aforamiento. En cualquier caso, según El País, la delgada cuerda que por ahora sostiene a Mazón está próxima a romperse y cuando eso ocurra, se presenta un abanico de posibilidades que en Génova se ven obligados a estudiar ya con detenimiento para anticiparse a cualquier movimiento.
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