La polémica por la vacunación o no del líder de Vox, Santiago Abascal, continúa. Su negativa a confirmar si se ha inmunizado contra el Covid en el programa de Es la mañana de Federico Jiménez Losantos, ha valido para convertir a este en la diana de todo el odio de los antivacunas afines al partido de ultraderecha y, por otro lado, para arropar más que nunca al político.

La guerra abierta entre el locutor de esRadio y una parte de los seguidores de la formación se inicia por la defensa férrea del primero a ''la salud pública'' y de los segundos a la intimidad de Abascal. Un apoyo al que también se han sumado los tuiteros Alvise Pérez y Cristina Seguí, conocidos en la red social por acosar a otros políticos, sobretodo de izquierdas, en su vida privada.

Alvise ha anunciado que deja de ir como invitado al programa de Losantos hasta que no se disculpe ''por los ataques inaceptables contra quienes, vacunados o no, defendemos la libertad y el respeto a la intimidad''. En un mensaje en Telegram, el que fuera asesor de Toni Cantó ha hecho referencia así a las palabras del presentador, que tras hablar sobre las vacunas infantiles, ha bromeado con que “tanto Santi como sus señoras les darán (a sus hijos) clase en casa, sobretodo a partir de las 12”.

Alvise ataca a Losantos y defiende el respeto a la intimidad. Telegram
Alvise ataca a Losantos y defiende el respeto a la intimidad. Telegram

En la misma línea se ha pronunciado la cofundadora de Vox, Cristina Seguí, quien ha sostenido que ''la libertad se tiene que defender siempre''. En el artículo 'Yo, bebelejías' -en referencia al insulto de Losantos a los antivacunas-, la periodista ha defendido a Abascal al tiempo que ha atacado al locutor. Asegura que su intención ''fue, y es, convertirte en un timador sin escrúpulos y, a aquel que esté de tu lado en un discípulo virgen e imberbe que se traga tu verborrea visionaria''.

El acoso a los políticos

Estas muestras de apoyo al líder de extremaderecha chocan con las persecuciones que ambos tuiteros hacen a la vida privada e íntima de algunos políticos progresistas. Un ''en misa y replicando'' que se pone de manifiesto con tan solo recuperar algunos de sus tuits, en los que se retratan a personalidades de izquierdas en su casa, de cena con amigos o tomándose una supuesta mariscada.

Este fue el caso del cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, fotografiado en una terraza de una marisquería mientras tomaba un café con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. En una reciente entrevista con ElPlural.com, el politólogo asegura que estos comportamientos de persecución responden a ''una lógica de la Gestapo y cortijera de España, que emparenta con la Alemania nazi o la Italia fascista''. ''Que un tipo publique fotos particulares y eso sea libertad de expresión nos pone en una espiral muy complicada. Es acoso'', afirma Monedero. 

Un caso más flagrante todavía de estos ataques a la intimidad es la publicación por parte de Alvise de una presunta prueba PCR positiva de Salvador Illa durante la campaña a las elecciones catalanas. Un bulo sobre el socialista que finalmente el usuario de Twitter ha tenido que admitir que difundió sin contrastar y por el que ha sido denunciado por el PSC.