Y es que el trío de damas, integrado por las presidentas autonómicas María Dolores Cospedal, Esperanza Aguirre y Luisa Fernanda Rudí (será elegida el 13 de julio mandataria de Aragón), tendrá que decir mucho en lo sucesivo, y su poder está in crescendo dentro del partido de la gaviota. Sin embargo, este trío de damas tiene desde el pasado 22-M una sola reina: Cospedal.

La corte vuelve a Toledo
Por el momento, ha conseguido desplazar a Esperanza Aguirre, que desde la noche electoral tiene que conformarse con ser la segunda de abordo y ya no será la voz cantante de los presidentes autonómicos del PP. Ese papel corresponde ahora a la presidenta de Castilla-La Mancha. “Es como si la corte, que se llevó Felipe II a Madrid, regresará de nuevo a Toledo”, ironiza un dirigente del PP castellano-manchego en declaraciones a ELPLURAL.COM.

Cospedal fagocita a Aguirre
Lo que está claro es que las relaciones entre Esperanza Aguirre y María Dolores de Cospedal no serán a partir de ahora lo mismo. Aguirre, difícilmente se resignará a perder su condición de autoridad autonómica, de “número uno”, de “jefa” de la oposición a José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, los favores de Génova apuntan al toledano Palacio de Fuensalida en detrimento de la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol. Rajoy, según las mismas fuentes, ha encontrado en Cospedal la aliada perfecta para desactivar a Aguirre.

Fichaje de madrileños
De lo que no cabe duda, es de las preferencias madrileñas de Cospedal, que, hoy por hoy, continúa viviendo en la capital de España. De siete consejeros, tres son ex altos cargos de la Comunidad de Madrid. No es que la presidenta de Castilla-La Mancha haya arrebato a Aguirre a uno de los suyos, pero está claro que prefiere el “mercado” político madrileño al manchego. Y eso que todavía no ha nombrado a la treintena de directores generales que le quedan por designar.

Avalada por Rajoy y Aznar
Así las cosas, Esperanza Aguirre se tendrá que conformar con el derecho al pataleo, después de que María Dolores Cospedal haya recibido el apoyo expreso de Mariano Rajoy (“haré en España lo que Cospedal va a hacer en Castilla-La Mancha”) y de José María Aznar (“es uno de los presentes más brillantes de la política española”). Con esta declaración de intenciones (ya solo falta Manuel Fraga), a la presidenta de Madrid le queda Javier Arenas, “enemigo” de Cospedal, porque Francisco Camps ya no cuenta, salvo para los tribunales, y Feijóo guarda gallego silencio.