¿Y a nuestros vecinos? ¿Y a nuestros amigos? ¿Qué consumen? ¿De dónde sacan el dinero?  ¿Quién les facilita lo que venden? ¿Por qué dejan de estudiar? “Gano más dinero llevando esta bolsita a Santiago, que tú profe, y luego, ya lo dejo”. Luego, ya no fueron capaces.

Todo esto y más lo vivimos con inmensa preocupación, angustia y miedo. Sí, mucho miedo porque cuando empezamos a tomar cartas en el asunto, denunciando en  los medios informativos, nos amenazaron tanto a los que denunciábamos como a los periodistas que eran nuestras voces y a nuestras familias.

SILENCIO
Buscamos respuestas personales y  ante tanto silencio, nos agrupamos en Asociaciones y  llamamos a la puerta de muchas entidades y a distintas instituciones. ¡Nada! Todos miraban  para otro lado.

Así hasta que llegamos a la Audiencia Nacional en Madrid y allí encontramos a un juez que nos escuchó (año 1989) y se puso a trabajar mientras nosotras no dejábamos de manifestarnos, de pedir ayuda médica, social…

INDEFENSIÓN
Cada vez era más difícil vivir esa situación, nos parecía imposible que no se pudiese resolver cuando conocíamos a todos los que traficaban, era de dominio público y también con sus ganancias sabíamos a quien favorecían. Era el tema de conversación permanente… sin solución aparente. Fue una época de desnorte, de indefensión, nos sentíamos desprotegidos.

EL JUEZ
Hasta que un 12 de junio de 1990, se rompió el silencio: Una redada y cogieron a todos ¡claro que los conocíamos! ¿Y quién se atrevió? Baltasar Garzón, juez de la Audiencia Nacional. Fue un día de felicidad, de luz, de esperanza. Fue la Operación Nécora. Un éxito social. Un antes y un después en nuestras vidas en todos los aspectos: de valoración de la justicia, de respecto al Estado de Derecho, de la valoración al trabajo honrado , de la importancia del saber, del respaldo a los valores, a la recuperación de la  autoridad moral.



Carmen Durán (1i) durante un coloquio con Baltasar Garzón (3i)


SINÓNIMO DE JUSTICIA
A la Operación Nécora siguieron otras operaciones. Creó jurisprudencia en el tema del narcotráfico. Baltasar Garzón nos escuchó y así, de su paso por la política, resultó la incautación de bienes a los narcotraficantes –Ley de fondo (lo incautado pasa a prevención, recuperación y reinserción de drogodependientes y familias) y Ley de Blanqueo que se aplica a todos los niveles (diciembre de 1993).

Todo esto sentó precedente y así pudieron continuar otros jueces, fiscales y cuerpos de vigilancia  aplicando la legislación desde entonces.

¿Y AHORA?
Esa situación cambió nuestras vidas y Baltasar Garzón en Galicia es sinónimo de Justicia. Por eso le seguimos a lo largo del tiempo y valoramos su trabajo, su esfuerzo, su entusiasmo y valentía a la hora de afrontar las diferentes causas. Y su posicionamiento basado en la defensa de los más débiles.

Ahora pasados 22 años de aquella operación, la pregunta es: ¿Dónde nos encontramos? ¿Volvemos a lo mismo ante esta situación de corrupción? ¿Quién nos va a escuchar?

Ojalá se oyera el clamor de nuestro corazón que dice “¡fuera esa sentencia!”.

Todos necesitamos a Garzón.

Carmen Durán Martínez es profesora y fundadora de la Asociación “Desperta Cambados”