Sociedad Civil Catalana, la principal entidad antiindependentista, se ha visto quebrada por la mitad por tensiones políticas y económicas. Este miércoles se celebró una reunión de la junta directiva de SCC en la que, a última hora, se decidió prescindir de las funciones del presidente de la organización, José Rosiñol, de la vicepresidenta Miriam Tey y de otros dos miembros, Ferran Brunet y Sixto Cadenas.

Álex Ramos fue nombrado nuevo presidente y Maribel Fernández como vicepresidenta. Pero este no ha sido un cambio sin importancia. De hecho, ha generado una auténtica sacudida tanto en sus posicionamientos políticos como en las estrategias organizativas, junto a los problemas económicos. Aunque esta crisis ha llegado en uno de los momentos más inoportunos, por la situación general que sufre Cataluña y el juicio por el 1-O a la vista.

Según informa El Confidencial, fuentes internas de SSC explican que “ha habido un exceso de personalismo, las decisiones no pasaban por la junta y no se rendían cuentas. Ese es el motivo por el que se destituyó al presidente”. Al mismo tiempo, estas fuentes destacan que “no es que alguien se metiera dinero en el bolsillo, pero sí había dispendios. Se gastaban alegremente los pocos dineros que tenemos sin pasar por la junta, que es la que debe tomar decisiones. Y lo malo es que ni siquiera muchos de estos dispendios estaban mal, sino que simplemente eran decididos por un pequeño núcleo sin contar con el resto de la dirección. Lo que se debería haber hecho es pasar todas las decisiones por la junta, para que se debatieran y, si acaso, que se mejoraran las decisiones, porque esto no es un cortijo particular de nadie”.

La empresa para la que trabajaba Rosiñol vio cómo su facturación con Sociedad Civil Catalana sin que los gastos pasaran por la dirección. Como informa Crónica Global, la compañía en la que trabajaba el presidente, Manifiesto, aumentó su facturación de 584.000 euros en 2017 a 620.000 en 2018. Eso supone que el 51% de los gastos de SCC durante 2017 y el 60% de 2018 fueron por facturaciones a esta compañía. Pero fuentes cercanas afirman que “por la junta no pasaron esas decisiones”.

Hace meses que le piden explicaciones, “pero nunca aclaró nada”. Esto ha dado pie a que los críticos carguen contra la cúpula: “Ha habido una falta de rigor en la gestión y en la toma de decisiones, hasta el punto de que la junta no era informada de nada”, se han quejado socios de la organización. Afirman, además, que en las reuniones de los últimos meses no se daban explicaciones, ni se discutían los temas, ni se aclaraban dudas. Por eso acusan a Rosiñol de la grave crisis de la entidad.

Aunque la cuestión de peso es si de verdad el componente político puede haber deshecho a la principal organización antiidependentista de Cataluña. Sin embargo, desde el interior niegan este componente. “Se trata de una cuestión que tiene que ver con la política, sino con la forma de llevar la entidad”.

Una de las fuentes cercanas afirma que “lo que ha habido es una reestructuración de la cúpula. La junta tiene 14 miembros y lo que se ha hecho es que se ha votado para que el presidente sea, en adelante, Álex Ramos. Y los dirigentes destituidos seguirán siendo miembros de la junta, aunque no con las responsabilidades que tenían hasta ahora. Lo que se cambia, pues, es el organigrama”.

Pero, más allá de lo económico, también se perciben diferencias en el terreno político, ya que existen posiciones tan fuertes como las cercanas al PP o algunas mas suaves como las próximas al PSOE.