En la campaña electoral lo dijo José Bono, que, aunque todos los votos son respetables, “en las elecciones autonómicas votar a IU no vale para nada”, añadió, “cualquier voto que no vaya a Barreda beneficia a Cospedal de una manera indirecta, y eso hay que explicárselo a los amigos de IU”. Como no podía ser de otra forma, el enfado de la coalición de izquierdas fue mayúsculo; pero llevaba o no llevaba razón el presidente del Congreso de los Diputados.

¿De qué le sirven a IU seis mil votos?
Bono se refería al llamado voto útil que tanto reclaman los socialistas y que tanto critican los de Izquierda Unida. Y es que ambos tienen razón, ya que los 6.062 votos conseguidos por IU en Guadalajara no le han servido de nada, o de casi nada, puesto que no logra ningún representante en las Cortes de Castilla-La Mancha, pero sí se acercan al posible diputado que más pronto que tarde conseguirán.

El voto útil
Por el contrario, si los votantes de IU hubieran hecho caso a Bono, hoy, José María Barreda continuaría siendo presidente de Castilla-La Mancha. Aún es más, de esos seis mil votos totales de IU, con solo un “traspaso” de dos mil, Cospedal no sería la presidenta electa de la región y la debacle socialista no hubiera sido tan acentuada.

Una Ley que no convence
Es cierto que el PP mantiene que la Ley Electoral de Castilla-La Mancha no es una norma objetiva, aunque tenga las bendiciones del Tribunal Constitucional (tampoco la cambiarán ahora que van a gobernar). En parecidos términos se expresan los líderes de IU, cuyo máximo dirigente, Cayo Lara, asegura que de contar con otra normativa electoral el PP no habría gobernado en territorio castellano-manchego. No menos cierto es que Cospedal ha conseguido 55.000 votos más que Barreda y que por 500 votos de diferencia el PSOE logra un escaño más en Ciudad Real, mientras que los “populares”, con 24.000 votos de diferencia, alcanzan los mismos diputados en Toledo. Pero así está la Ley.