Tras salvar el primer match ball de la legislatura, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha arrancado una clásica tourné por los medios de comunicación. El acuerdo in extremis con Junts salvó dos decretos de suma importancia para Moncloa, mientras que Podemos dejaba morir el decreto para el subsidio del desempleo. El jefe del Ejecutivo, tras aquella maratoniana jornada de llamadas, whatsapps y reuniones entre bambalinas en el Senado, ha tomado nota y ha prometido que se dejará el todo por el todo para cerrar la legislatura con “más avances sociales”. “Voy a sudar la camiseta para sacarlo adelante”, ha sentenciado ante los micrófonos de Radio Nacional de España (RNE).

El Gobierno no rehúye la epopeya. La narrativa de la anterior legislatura no se entiende sin la épica que un Parlamento fragmentado, pero con mayor presencia progresista, imprime a toda negociación. Los cuatro años anteriores, sin embargo, Moncloa se aferraba a una geometría variable que ya no existe. España dibujó el 23J un Congreso más troceado aún, sin el tinte progresista de una mayoría en la que ahora ha entrado Junts y en la que Podemos coexiste desde fuera del Gobierno. El primer gran obstáculo, la votación del decreto ómnibus, anticrisis y el del subsidio del desempleo, lo sorteó el Ejecutivo. Al menos una parte de él, dado que los morados vetaron el texto diseñado por la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz. En cambio, durante la maratoniana sesión, los socialistas amarraron la abstención técnica de Junts para salvar su primera bola de partido.

Así, el Gobierno convalidó los dos decretos con sello PSOE gracias a los trabajos de fontanería de, entre otros, Santos Cerdán en ese mismo día. En cualquier caso, en Moncloa ya han tomado nota y saben que las negociaciones no se pueden encarar con el libro de estilo de la legislatura pasada. El jefe del Ejecutivo, ante los micrófonos de RNE, ha enmarcado este escenario de “minoría parlamentaria” en el marco de la “normalidad”, por lo que se ha comprometido a garantizar la “estabilidad de la legislatura” con el arma del “diálogo” con todos los grupos.

Sánchez lo ha dejado claro en su primera entrevista en medios audiovisuales tras la sesión del jueves pasado. El jefe del Ejecutivo admite la “minoría parlamentaria”. De hecho, considera una “buena noticia” que a lo largo de sus años al frente del Gobierno se hayan incorporado actores políticos como Junts, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu a la gobernabilidad del país con “políticas constructivas”. Por ello, el presidente no ha dudado en comprometerse a trabajar hasta la extenuación por consolidar esos “derechos” que cimentaron en la pasada legislatura: “Voy a sudar la camiseta para garantizar la estabilidad”.

Rebaja la euforia de Junts

La victoria del jueves se cimenta sobre la negociación a última hora con Junts, que amenazaba con tumbar todos los decretos. Finalmente, los neoconvergentes cedieron y no votaron, facilitando la convalidación del ómnibus y el escudo social. Los socialistas arrastraron a los soberanistas a la abstención, después de comprometerse a una serie de prerrogativas, de entre las que destaca la transferencia de competencias en materia de inmigración; una cuestión que ha incrementado el ruido habitual del escenario político.

Ante los micrófonos de RNE, el jefe del Ejecutivo no ha descartado la delegación de competencias relativas a la ordenación de migrantes en territorio nacional, así como otras iniciativas en términos de integración. No obstante, con arreglo a la normativa comunitaria aprobada durante la presidencia española y la Constitución Española, ha insistido en que el control de fronteras y la lucha contra la migración irregular está en manos de la Administración General del Estado. Es decir, no se puede transferir.

Sánchez: "Ahora tendremos que hablar con las comunidades autónomas para saber cómo hacer más eficaces las políticas de inmigración"

Sánchez ha explicado que las autonomías como Cataluña y Andalucía recogen en sus estatutos puntos vinculados a la ordenación de la migración como “las autorizaciones iniciales para el empleo”, aunque siempre en coordinación con el Estado, que es el que otorga los permisos de residencia. No ha aclarado, sin embargo, si Cataluña se puede oponer al reparto de migrantes con las potenciales competencias que recibirá. De hecho, ha remarcado que es una de las Comunidades más solidarias en este sentido, al contrario de otras que gobiernan Partido Popular y Vox. En cualquier caso, ha puntualizado que es un debate que se ha de abrir “sí o sí”, dado que el pacto de migración se ha alcanzado por primera vez desde hace muchos años en el plano europeo. “Ahora tendremos que hablar con las comunidades autónomas para saber cómo las podemos hacer más eficaces”, ha remachado.

Crisis de los pellets

Entre el maremágnum parlamentario, emerge por el norte la ya conocida como crisis de los pellets; el vertido de microplásticos que inunda las playas de Galicia y Asturias desde hace unas semanas. Una cuestión que se ha colado en la agenda de enfrentamiento entre Génova, con la Xunta como punta de lanza, y Moncloa.

Mientras el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, responsabilizan al Ejecutivo y le instan a “no tomar por tontos” a los gallegos, el presidente recuerda que la crisis de los pellets “no la ha provocado” el Gobierno. De hecho, ha remarcado en RNE que el Ejecutivo “siempre” ha reivindicado la “cooperación leal”, así como poner a disposición de Galicia “todos los medios a nuestro alcance” para extirpar el problema.

No obstante, Sánchez ha afeado a Rueda y al Partido Popular recurrir a la misma receta de cada crisis: “Siempre utilizan las mismas formas: una falta total de honestidad, porque han mentido, y también de transparencia”. En este sentido, el jefe del Ejecutivo cree que estos dos preceptos han de formar parte del “acerbo” para resolver cualquier contratiempo de este calado. “Los gallegos y gallegas tienen que ser conscientes de que hemos puesto los recursos necesarios y hemos tendido la mano”, ha concluido el presidente.